The Kleejoss Band – ‘Porvenir’ (Milana Music 2023)

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En pleno agosto, sufriendo los rigores de este insoportable periodo canicular durante mi retiro vacacional -vacacional, mi querido director de contenidos, vacacional…- me sorprende la alerta de notificaciones de mi maltrecho teléfono móvil con un envenenado encargo: “reséñame el ultimo disco de los Kleejoss”. “¡¡¿¿Qué??!!”.

Por si no fuera suficiente tocar las gónadas en plena época de asueto, hay que hacerlo con un trabajo que no me apetece encarar. “No tienes alternativa”. “Maldita sea”, me digo mirando al cielo y agitando enérgicamente mi puño en el aire, poniendo a Dios por testigo en impecable contrapicado: “Tirano…”.

¿Qué por qué no me apetece reseñar “Porvenir”,  lo último de The Kleejoss Band? Pues básicamente porque no se me ocurre qué más podría decir sobre ellos que no haya dicho ya. Y pienso: “si no me gusta, los vínculos personales que unen a esta web con ellos -y por extensión a mí mismo- serán un lastre; y si me gusta, como acaba pasando siempre, me remito a dos frases atrás: no sé qué coño podría decir sobre ellos que no haya dicho ya”. “Bueno, podrías hablar del disco…”. “No toque usted los huevos, madre, que el momento es delicado”.

Así que, sin esperanza de librarme del puñetero encargo, me pongo manos a la obra, “pincho” el nuevo disco en mi selular y comienzo a idear soluciones que se puedan traducir en un texto medianamente pasable y digno, para que ningún engreído cantamañanas con ínfulas de purista rockero pueda acusarnos de mediocridad por crear algo parecido a un inocente meme -aunque lo harán igualmente-.

Y a medida que van sucediéndose los temas de “Porvenir”, van también apareciendo ideas que van siendo igualmente desechadas –”¡mediocridad no, Javier, mediocridad no!”-.

Ese jueguecito de palabras con el primer título del trabajo, “Afortunado”, lo van a hacer todos los demás, “olvídalo”. “Ni me lo planteaba, leches ¿Por quién me tomas?”.

Lo de aborrecer las “reseñas tipo”, esas que, en un alarde de periodismo musical de altura, van nombrando e intentando desgranar la esencia misma de las canciones una a una -elocuencia e ingenio a partes iguales-, acaba siendo un obstáculo, porque lo contrario me facilitaría la tarea, pero yo a mi pedo – “Sí, tú siempre a tu rollo”, cállese usted, madre-.

Esas, las buenas reseñas, se las dejaré a los puristas –”y engreídos cantamañanas, no te olvides”-. Sí, eso también.

Así que, a mitad de disco sigo pensando cómo afrontar el escrito al tiempo que ya van calando en mí los nuevos temas de los muchachotes de la Wind City –”¿De dónde?”, de Zaragooooza-. “Oye, pues mola el disco, pero piensa Javier, piensa, sigue pensando algo que decir”.

“Podría hacer algo parecido a lo que escribí para ‘Maleza’ (leer aquí), su anterior trabajo”, me digo, “pero eso sería repetirse ¡repetirse! y total para que luego algún que otro vago falto de ideas me copie casi textualmente frases enteras…”.

¡Tú sí que eres un fantasma, waltrapas!, Que te he oído.

“Al menos di lo del infierno. No, no jodas, lo del infierno otra vez… No, mejor no. Siguiente idea”.

“¿Cómo se llama este tema, ‘Estaciones’? Parece que siguen dulcificando su sonido, pero lo están haciendo muy bien. Me gusta, me gusta. Se los ve cómodos con este tipo de temas más lentos, pero molan, aunque se eche de menos cierta energía de sus comienzos. Mierda, no se me ocurre aún nada que decir”.

Y ahora pienso que va a caer sobre mí todo el peso de los jueces de la red, porque no tengo nada en mente que supere en forma, fondo y contenido al truño infumable que previsiblemente me va a salir.

“Ah, ya sé. Puedo hacer como el tipo ese de ‘El hombre de las oportunidades perdidas’ y no mojarme mucho. Nombrar las canciones, el estilo general, el tempo, las similitudes e influencias y los tecnicismos varios que sólo interesan al personaje ese que necesita de periodismo musical de altura y rigor para sentirse aún más genuino y especial”.

Y medito sobre esta última ocurrencia el tiempo que merece -unos tres segundos-: “Hosti puti… ¿no habíamos quedado que había que huir de la mediocridad? Pues ese tipo de reseña estandarizada no nos vale” -Je-.

“Pues anda que lo que estás escribiendo tú…”, me gritan desde la lejanía los demonios de internet. Middle finger para vosotros, listillos bocazas.

“¿Y esta? ‘Norte-Sur’. Joder, qué temón“.

Y me doy cuenta de que he llegado casi al término del disco sin ser apenas consciente de ello y sin siquiera tener clara una sola línea de lo que voy a publicar, pero con la sensación de que los Kleejoss tienen una especial virtud para llevarte al sitio ese en el que ellos se encuentran cuando crean y para hacerte sentir por unos momentos, esos que duran sus discos, lo que ellos mismos sienten al interpretarlos. Así que, en este punto de mi particular calvario, me digo que tampoco pasa nada por repetirse un poco y tomar prestada una idea de mi propia cosecha -total, es mía ¿no?: la de que algunos grupos te transportan al terreno de los sentimientos y el resto de consideraciones sobra, porque estás vencido casi desde el comienzo, perdido en un dulce infierno del que ya no vuelves a salir. “Si no lo dices revientas, eh…”. ¡Que se calle, madre, que ya tengo yo bastante con semejante embolado!

Y mire usted por dónde, acabo de caer en la cuenta de que llevo algo así como dos páginas escritas para una cutre y mediocre reseña, sí; reseña que será publicada en un cutre y mediocre medio digital, sí; medio cutre y mediocre que se dice musical, pero al que, por otro lado, no le llegan al tobillo la mayoría de webs de contenido similar. Ni en forma ni en contenido ni, por supuesto, en belleza física y espiritual de directores, redactores, colaboradores y de sus respectivas mascotas.

Dos páginas, decía, y ni una sola línea sobre el tema que me ocupa: “Porvenir”, de The Kleejoss Band, séptimo álbum de su ya prolífica carrera y segundo tras su paso al castellano como idioma de trabajo y creación -coño, qué profesional ha sonado esto. Estoy en el buen camino-.

“¡Tú lo que no tienes es ni puta idea!”.

Efectivamente, mesié, así que lo mejor que puedes hacer, tú que estás soportando esto, tanto si eres fan como si te acercas a The Kleejoss Band por primera vez, es comprarte el disco y fabricarte tu propia opinión sobre el nuevo trabajo y sobre ellos.

“Y si tiene huevos que escriba su propia reseña”. “Sí señor, ahí le ha dado usted, madre”.

Yo te sujeto el cubata.

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