Vaya por delante que no soy de aquellos que odian a Extreme. Creo que tienen al menos un disco resultón (aunque odio esa conocidísima balada que no quiero ni mencionar), aunque obviamente ese álbum no sería de los que me llevaría a una isla desierta. Pero quería creerme lo que dice la “hype sticker” que va adherida al envoltorio de “Six”, su sexto -¿pilláis lo del título?- trabajo de estudio: “It’s Ferocious!” (creo que no hace falta la traducción).
El caso es que la última vez que presté atención a Extreme debió de ser en la primera mitad de los años 90 cuando lanzaron esa empanada que es “III Sides to Every Story”, que me pareció bastante indigesto en su momento. Por eso tampoco sabía qué esperar de “Six”, y lo cierto es que el álbum comienza potente, a pesar de que es palpable que Gary Cherone no es ya el mismo vocalista que estuviese al frente de Van Halen durante un cuarto de hora. Musicalmente, desde el principio el disco parece que se quiere adentrar en terrenos cercanos a bandas como Alice In Chains por ejemplo: riffs pesados a cargo de un Nuno Bettencourt cuyos solos se mantienen en la misma línea que siempre, cierta oscuridad que se complementa con algunos estribillos luminosos y en algún momento armonías vocales que nos recuerdan al mencionado grupo de Seattle.
Pero como la cabra tira al monte, y aunque como digo el disco arranca de manera potente, enseguida insertan dos temas más pausados que lo mismo el grupo quería que funcionaran como contraste con los tres primeros más agresivos, pero yo personalmente no dejo de encontrarlos anticlimáticos. Tras este interludio más “sensible”, el grupo vuelve a tomar caminos más duros (me gusta por ejemplo “Save Me”, aunque como digo parece que la inspiración para ese tema en concreto parecen haberla buscado en el noroeste de Estados Unidos), interrumpidos eso sí por un par de cortes más bien acústicos. Sorprenden con “X Out”, un corte con detalles casi industriales, aunque es con “Beautiful Girls” donde las cosas toman un cariz vergonzante; me pregunto qué se les pasaría por la cabeza para grabar semejante bosta.
En líneas generales el disco, aunque sin alardes, está bastante apañado salvo esos detalles que he mencionado. No creo tampoco que vaya a trascender y bastante tienen con mantenerse en activo, supongo, pero tampoco es un cedé que únicamente sirva para calzar la pata de una mesa camilla coja.
