Caroline Rose – ‘The Art of Forgetting’ (New West 2023)

4/5 - (25 votos)

Por supuesto que no es una condición indispensable que un disco (o cualquier obra artística para el caso) haya surgido del sufrimiento o de un estado anímico negativo de su creador, pero hemos de reconocer que ese tipo de trabajos suelen alcanzar unas cotas tremendamente satisfactorias para sus receptores. En ese sentido “The Art of Forgetting” supone un punto de inflexión en la carrera de Caroline Rose, cuya lírica toma aquí un tono más de confidencia que en trabajos anteriores.

Estas canciones nacieron de un momento difícil para la artista, que tras una ruptura sentimental complicada comenzó simplemente a componer canciones que se convirtieron en cierto modo en una terapia para Rose. Y al contrario que en discos anteriores, esas composiciones comenzaron a brotar sin dificultad, todas con el mismo hilo conductor en torno a experiencias traumáticas de Caroline que había bloqueado en su mente desde que era niña. El título, “El arte de olvidar” en castellano, hace referencia también a la abuela de la artista, que durante todo este proceso llamaba a su nieta mientras su memoria se iba deteriorando.

De ese modo nació “The Art of Forgetting”, un disco bastante experimental en el que sus catorce canciones se ven envueltas en paisajes oníricos e hipnóticos que transportan al oyente durante los 51 minutos y medio de reproducción. La producción la hizo la propia Rose a partir de cortes con la instrumentación básica, a lo que se le fueron añadiendo después más elementos, buscando que la plasmación del propio sonido contextualizara de alguna manera la experiencia del oyente y el significado del disco. Estamos por lo tanto antes un disco en el que se superponen varias capas, como por ejemplo ocurre con las voces, o se añaden recursos que enriquecen el resultado final.

Musicalmente “The Art of Forgetting” es lo que podemos llamar un “álbum de autora”. Posee un sonido particular que difícilmente podemos poner en relación con cualquier otra cosa. Son canciones envolventes que transmiten la organicidad -y en un primer momento también cierta desorientación- que poseen las propias composiciones. Complicado resulta también destacar alguno de los catorce temas que lo componen puesto que se trata de canciones que, aunque diferentes, parecen formar parte de un todo indivisible; en cualquier caso tal vez podríamos entresacar cortes como “Everywhere I Go I Bring the Rain” o “Stockholm Syndrome”.

Comentarios

Comentarios