’72 Seasons’ de Metallica: esto no es una crítica

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Hay bandas y bandas. Y luego está Metallica. Una simple búsqueda en Google ya nos indica que decenas y decenas de medios, tanto especializados como generalistas -entre los que siempre se cuela algún que otro “dominguero”, la verdad sea dicha-, se apresuraron con el comienzo del pasado fin de semana a preparar sus reseñas sobre este “72 Seasons” que se editaba el mismo día que en España se celebraba el aniversario de la Segunda República. Todo esto nos indica que cualquier cosa que haga el cuarteto con sede en San Francisco despierta el interés más allá incluso de las fronteras del mundo del metal (como ya dijimos alguna vez por aquí, Metallica trascendieron ese escenario con el “Black Album”).

Y al parecer nos da bastante igual que la banda esté muy lejos a nivel creativo de cualquiera de sus obras clásicas. El público responde a sus lanzamientos y compra los tickets de sus giras, pareciendo incluso que no quede ni rastro en la memoria colectiva de “traiciones” del pasado como los cortes de pelo, los coqueteos con sonidos que se salen de la ortodoxia del metal, las demandas a redes de P2P o pifias como “St. Anger” y aquel vergonzante filme que documentaba su accidentada grabación. El otro día en una conversación de Whatsapp comenté que el nivel máximo al que pueden aspirar hoy en día es a igualar “Death Magnetic”, un disco que me parece bastante digno pero que últimamente he comprobado en publicaciones internacionales que el público en general no lo tiene en muy alta estima; en cualquier caso, el viernes 14 de abril a las 7:00 de la mañana ahí estaba yo, que no espero ya nada de ellos y que no entra en mis planes volver a comprar una entrada para verlos en directo, reproduciendo los cerca de 80 minutos que dan forma a “72 Seasons” en la playlist al efecto que se puede encontrar en el perfil oficial de Metallica en YouTube. Incluso añadiré que yo, que creo que “Hardwired… to Self-Destruct” es de lo más aburrido que hayan editado nunca, no he tenido reparos en suscribirme al club del single que lanzó la banda en las dos anualidades que ha funcionado.

Eso es Metallica: da igual los palos que reciban (que los reciben… y bien fuertes), que el grupo acaba siempre cayendo de pie. Como si fueran indestructibles. Aquello de estar por encima del bien y del mal parece aplicárseles mejor que a cualquier otro grupo que haya pisado la faz de la tierra. Y eso que no tienen muchos boletos a su favor: como decía, no es que estén facturando sus obras más sólidas últimamente… y luego está toda aquella “leyenda urbana” sobre que sí tal o cual miembro es incapaz de tocar su instrumento en directo con la debida diligencia, la irritante personalidad de alguno de los mencionados o el vacío irremplazable que dejaron los que ya no están. Pase lo que pase, la gente como mínimo ha escuchado “72 Seasons” por curiosidad. Y si todavía no lo ha hecho lo va a acabar haciendo. Eso ya es todo un triunfo.

El problema para mí es que Metallica han perdido la chispa. Sus composiciones desde hace años suenan genéricas y carentes de personalidad, a pesar de que cualquier tema del grupo es claramente reconocible -esta es MI opinión, seguramente haya mucha gente que no tenga la misma percepción, así que por favor ahorraos los insultos que ya me aburrí hace lustros de ese tipo de “atención”-. Con esto no quiero decir que no hayan escrito canciones aprovechables en sus últimos tres o cuatro discos, pero la sensación general que acabo teniendo tras la escucha de estos álbumes es de agobio y casi de hastío. Una de las “marcas de la casa” es que Ulrich y Hetfield se empeñan en alargar las canciones hasta el infinito, cuando tal vez reduciendo el minutaje y sin dar tantas vueltas ganarían bastantes enteros. Parecen también empeñados en encajar múltiples homenajes por elepé, tanto a su propio catálogo como al de aquellos que les inspiraron hace más de 40 años.

“72 Seasons” es todo eso: canciones largas con desarrollos excesivos, riffs y melodías que nos recuerdan a ellos o a otros… y algún que otro momento con una inspiración por encima de la media. Ni Metallica parecen poder escapar de Metallica, vaya. Pero esto no era una crítica, así que…

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