Hace un tiempo alguien me comentaba que el disco de debut de Wolfgang Van Halen, editado bajo el nombre de Mammoth WVH, era una obra muy recomendable y me animaba a pegarle una escucha. Debo decir que no lo he hecho, pero no por falta de ganas o por desinterés en las recomendaciones de la gente, sino por mi habitual tendencia hacia la dispersión y mi quebradiza memoria que provoca que archive en algún lugar del cerebro este tipo de cosas y luego olvide la ruta de acceso hasta que algún hecho fortuito me las trae de nuevo a la mente.
Y casualmente me he vuelto a acordar de ello porque estos días el bueno de Wolf estaba enfrascado en los preparativos para lanzar el primer adelanto de su segundo álbum (sale el 4 de agosto por cierto) cuando un gilipollas de tantos que pululan por las redes vino a intentar tocarle los cojones en Twitter. Resumiendo mucho el asunto la cosa fue así: un tal Hank Stevenson acusó al multiinstrumentista de aprovecharse del nombre de su padre y que si quisiera que se le reconociese por su talento se cambiaría de apellido, algo que según él es muy habitual entre los músicos o actores. Esto motivó una respuesta de Van Halen en la que le llamaba “grape”, uva en castellano (?) y a partir de ahí se desató el delirio con una miriada de usuarios de la red social mofándose del tal Hank, un lumbrera que demostraba una y otra vez ser un auténtico zoquete.
Recomiendo su lectura al que tenga tiempo y ganas de revisar el hilo porque hay momentos verdaderamente hilarantes. Y no estoy seguro de haber hablado de esto antes por aquí, pero en caso de haberlo hecho que ese lector que se lee todo y además tiene memoria me perdone porque voy a volver a hacerlo. Y es que no deja de sorprenderme la capacidad que tienen este tipo de imbéciles de ponerse en evidencia, de demostrar su incultura e incluso sentirse orgullosos de ella y pregonarla a los cuatro vientos. Bobos han existido siempre. De hecho en cada localidad existía al menos un “tonto del pueblo”. Pero el radio de alcance de su estupidez era limitado geográficamente; ahora gracias a internet no se quedan en su pueblo, sino que pasean su ignorancia literalmente a un nivel global.
Van Halen is literally my fucking name you grape https://t.co/ceuP5axF1x
— Wolf Van Halen (@WolfVanHalen) March 21, 2023
Esto me trae también a la memoria la escena que presencié una mañana a eso de las 6:30 de la mañana cuando iba a currar (ya sé que algunos me imagináis como un magnate de la prensa tipo Hugh Hefner, pero la realidad es que madrugo para ir a currar, no uso batín, tampoco fumo en pipa ni por supuesto estoy rodeado de tías buenas vestidas de conejita). Salía yo de mi portal en lo que podríamos denominar uno de los barrios con mayor porcentaje de población inmigrante (por cierto, a día de hoy decir “inmigración” es también políticamente incorrecto, ¿no? En fin…) y de gente de escasos recursos (leer de nuevo lo de hace un par de paréntesis) cuando por la calle venían caminando dos personas ataviadas con chalecos reflectantes que no sabría decir si iban a descansar tras un turno de noche o iban como yo también a comenzar su jornada laboral. Uno de ellos, el representante local, le iba contando a su acompañante, un subsahariano, con bastante sorna la ocasión en que en una entrevista de trabajo se encontró rodeado de “abogados y cosas así, todo gente con estudios… pero que allí estaban todos igual que yo”, a lo que el inmigrante (y dale con lo de “inmigrante”…), yo diría que bastante perplejo, le replicó diciendo que es bueno tener estudios y poseer una educación. “Que no que no, que no vale para nada…”. Fin de la conversación.
¿Cuál es la moraleja de esto? Pues si la tiene yo no tengo la menor idea, sinceramente.