Pixies – Madrid (Wizink Center 10-3-23)

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Nueva visita de los de Boston, para presentar esta vez su nuevo trabajo “Doggerel”, en un pabellón que aún limitando su aforo a la pista y gradas de fondo, no llegó a estar abarrotado. De hecho había bastante espacio para moverse cómodamente por el recinto, a diferencia de otras actuaciones de menor renombre y mismo formato.

Que las muñecas de Frank Black y David Lovering han perdido nervio en la guitarra y batería es un hecho lógico inherente a la edad, aún así lograron inyectar velocidad a un inicio de concierto en el que con frescura sonaron instantáneos himnos juveniles de a dos minutos: “Cactus”, “Brick Is Red”, “Ana”, “Break My Body”… junto a las imprescindibles y excitantes “Vamos” y “Here Comes Your Man”. Con tanto repertorio ganador se permitieron iniciar la noche como si de un pirotécnico bis se tratase.

Extroversión sonora en habitual introversión escénica y en sobrio decorado, el cuarteto siempre ha sido de poco hablar y mucho tocar; y así fue en la segunda parte de la actuación, en la que presentaron casi íntegro su último trabajo. Loable defensa de unas canciones con las que quieren mantenerse en presente y que… sin apasionar, fueron recibidas con atención y algunos atisbos de agitación cuando sonaron “There Is A Moon On” y “Haunted House”. Valorable actitud, pero fueron los momentos para la cerveza.

Volviendo al repertorio de la pentalogía que les hizo célebres e influyentes a finales de los 80’ e inicios de los 90’, lograron fijar de nuevo toda la atención en ellos, sobre todo en hipnóticos medios tiempos oscuros, como “Hey”, “Gouge away” y “Caribou” que funcionaron de maravilla y más adecuadas a su actual estatus de veteranos… para acabar con una  irresistible batería de imbatibles ases ganadores: “Head On”, ya más suya que de Jesus and Mary Chain, “Debaser”, “Wave of Mutilation”, “Isla de Encanta”, “Crackity Jones”… para acabar en un total de dos horas bien aprovechadas y del tirón, sosegando con “Where Is My Mind?” y la festiva versión de Neil Young “Winterlong”.

Equilibrada actuación entre lo que el público espera de ellos y lo que ellos quieren y son actualmente. Una banda que no vive de su pasado, aunque su legado, al menos en directo, aún suena actual y convincente.

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