La semana que viene, concretamente el viernes 3 de febrero, llegará a las tiendas “New York City”, el noveno álbum de The Men y primero para el sello Fuzz Club Records. El disco también marca un regreso de los de Brooklyn a un sonido más áspero que a lo que nos tenían acostumbrados en los últimos tiempos, volviendo un poco a las primeras referencias sónicas con las que se dieron a conocer hacia comienzos de la segunda década de este siglo.
La concepción de “New York City” tuvo como protagonistas iniciales a Nick Chiericozzi y Mark Perro (ambos guitarristas y cantantes del cuarteto), que crearon el álbum a finales de 2020 con la ayuda de una caja de ritmos. Pero el dúo se dio cuenta de que lo que necesitaban estas canciones era el concurso de todos los miembros del cuarteto tocando juntos en la misma estancia, por lo que tras desechar las primeras grabaciones llamaron al batería Rich Samis y al bajista Kevin Faulkner para completar esta decena de temas.
Como hemos dicho, los cortes que Chiericozzi y Perro manejaban les acercaban de nuevo hacia sus raíces y hacia un sonido más crudo, por lo que grabarlo en directo parecía de lo más conveniente. Y probablemente por ello el resultado sea un álbum “sucio” donde The Men se nos muestran totalmente imbuidos del espíritu del proto punk y el garage. Y para muestra tenemos “Hard Livin'”, primer single del disco y canción que lo abre brillantemente, donde el cuarteto de Brooklyn de alguna manera consigue sonar tanto a The Stooges como a New York Dolls.
Así que lo que nos encontramos aquí es un disco con una producción de espíritu muy low-fi (el sonido personalmente me recuerda al de las bandas de Crypt de mediados de los 90), pausas entre canciones inexistentes y una sensación de urgencia -sobre todo en la primera cara- que empapa todos los surcos (atentos a la versión en LP blanco, que es la con la que se ha preparado esta reseña), todo ello totalmente en consonancia con su contenido. Y aunque la nota general sea la fuerza bruta, The Men también saben ser intensos rebajando las revoluciones (como en “Eye” o “Round the Corner” por ejemplo).
Sí que es cierto que conforme avanzan los minutos, “New York City” también parece ir perdiendo un poco de fuelle, por lo que el interés del oyente decae un poco hacia los minutos finales. Sería sin embargo un error no reproducir el disco al completo porque podríamos perdernos “Anyway I Find You”, el corte que ocupa la pista 9 y uno de los temas más reposados pero también de los más inspirados del disco en mi opinión, o la final “River Flows” donde brillan con fuerza las partes instrumentales.
Casi se puede decir por tanto que “New York City” tiene dos facetas diferentes, con esa primera cara más contundente y una segunda donde se reúnen las composiciones más pausadas. La apuesta es arriesgada (por lo que decía antes del interés), aunque creo que The Men acaban saliendo lo suficientemente bien parados como para que recomiende este disco. Probablemente no acabará siendo uno de vuestros discos de cabecera, pero os aseguro que canciones como “Hard Livin'” o “God Bless the USA” os pueden salvar el día.