No voy a negar que había un morbo especial alrededor de estos “nuevos” The Quireboys que la presencia de Chip Z’Nuff a las cuatro cuerdas no hacía sino que acrecentar. En primer lugar es obvio que nadie dábamos ni un duro por esta formación que, como si fuera lo más sencillo del mundo, ha decidido seguir adelante sin su vocalista y tal vez principal rasgo distintivo de su sonido (voces como la de Spike las hay pocas). Pero el grupo que ahora encabeza Guy Griffin, el miembro más antiguo de la banda que ya estaba presente cuando los londinenses debutaron en 1990, ha decidido huir hacia delante, y buena muestra de ello es que a su nuevo trabajo le han puesto el inequívoco título de “The Band Rolls On…” (“la banda sigue adelante”). Que el bajista de Enuff Z’Nuff se haya unido a esta gira era un aliciente demasiado “llamativo” como para que dejase pasar la oportunidad de ver una vez más (o por vez primera, según se mire), al grupo británico.
En cualquier caso, la posible respuesta del público era toda una incógnita, más aún teniendo en cuenta que Zaragoza es una plaza totalmente imprevisible. Y si bien es cierto que muchos de los seguidores de toda la vida del grupo han tomado partido por Spike y han dado la espalda a esta nueva encarnación de la banda, he de decir que La Casa del Loco presentaba una buena entrada, sobre todo teniendo en cuanta a lo que tristemente nos estamos acostumbrando últimamente con los conciertos de rock. Personalmente soy de los que en un primer momento dijo que jamás vería a la banda sin su vocalista original, aunque finalmente me picó la curiosidad lo suficiente como para presentarme en la puerta de la sala pasados unos minutos de las 21:00.
Un rato más tarde, sobre las 21:200, subirían al escenario los gallegos Pölisong, el grupo que va a completar como telonero varias de las fechas de esta gira. Con tres largos en su haber y un cuarto en camino, después de ocho horas de viaje abrieron fuego ante una treintena de madrugadores espectadores, a los que se les fueron uniendo más personas conforme avanzaban los tres cuartos de hora largos que duró su meritoria actuación. Lo suyo es hard rock con poso de los años 70 y sobre todo de los 80, bien construido y ejecutado. Su actuación fue bien recibida por el respetable. Merecidamente debo decir.
Tras una breve espera y el consabido cambio de equipamiento, pasados dos minutos de las 22:30 arrancaron The Quireboys su segundo concierto de esta gira española. Y lo primero que llamaba poderosamente la atención además de la ausencia de Spike era el colorido Chip Z’Nuff, cuyo bajo y sus cuerdas de colores no habrían pasado el acceso a ninguno de los estadios del mundial de fútbol de Catar (el estadounidense incluso se bajaría del escenario a las primeras de cambio no sé si por cerrarle la boca a algún asistente o simplemente porque le dio por ahí).
Y una cosa que quedó también clara desde el primer momento es que pueden seguir llamándose The Quireboys, pero la que vimos el viernes era una banda totalmente distinta: además de lo obvio, el grupo parece también querer distanciarse un poco de su pasado rescatando canciones anteriormente poco habituales en su repertorio y que no habían interpretado en otras giras. De hecho Guy Griffin, convertido en simpático maestro de ceremonias, repitió varias veces aquello de “esta canción no la habíamos tocado nunca antes en España”. Sin el personal timbre vocal de Spike, algunos de estos cortes también adquieren una dimensión diferente que no diría ni mejor ni peor, simplemente distinta. E incluso les dió tiempo de estrenar uno de los cortes de ese mencionado “The Band Rolls On…”.
No quiere decir esto que The Quireboys se hayan olvidado completamente de sus hits ya que durante la hora y treinta y cinco minutos de concierto sonaron canciones como “Mona Lisa Smiled”, “Whipping Boy” (con Chip cubriendo perfectamente las espaldas de Guy en los coros), una “This Is Rock’n’Roll” precedida por una intro instrumental o “I Don’t Love You Anymore” y “7 O’Clock”, cortes que cerraron el set exactamente a las 12 de la noche. Todavía quedaría tiempo para “Sex Party”, aunque se dejarían fuera en esta ocasión un “Hey You” que creo que esperaba todo el mundo. A pesar de ello la opinión general era la de haber asistido a un buen concierto.
Por lo que vi el viernes, parece que efectivamente hay vida para la banda. Personalmente tengo mucha curiosidad por ver qué han sido capaces de manufacturar en ese nuevo trabajo en el que han estado arropados por figuras y amigos del mundillo, aunque igual que a los amigos y conocidos que me han preguntado por el concierto, a vosotros amigos lectores os digo lo mismo: id con la mente abierta y ved a estos The Quireboys como un grupo distinto.