“Sonic West”, diez tragos de variados alcoholes de intenso sabor, de los que raspan la garganta, diez historias de nostalgia, de amores y desamores, de hombres lobo, de desesperación y de hijos de puta muy duros. Desde la pieza cuasi-instrumental que abre el disco y le da nombre, pasando por western rock’n’roll de “Bad Reaction”, los aromas country de “Son Of A Bitch” o el punkabilliy de “Let It Roll”, “Sonic West” es un viaje por la pedregosa carretera de la música americana en un destartalado Cadillac parando a privar en todos los garitos de la ruta. ¿El destino? Una ceremonia en una carpa en medio de ninguna parte donde se van a dar cita los Cramps, Duane Eddy, The Clash, los Stones, X, Buck Owens y muchos más.
Steel pedal, guitarras surf, distorsión, chillonas armónicas y twang por un tubo envuelven la cazallosa voz de ese tatuado y golfo (pero honesto) predicador del rock’n’roll que es Timbo, y que en “How Soon Is Now”, un lisérgico y oscuro punk angelino, banda sonora de fiestas decadentes en las colinas de Hollywood, te gritará que necesita ser amado igual que lo necesitan todos los demás.
Speedbuggy USA. Unos tíos que son capaces de hacer country con aroma Bakersfield sin perder una gota de actitud punk (¿Punkersfield sound? Hostias, qué delirio…). Destilan sin rubor alguno country, rock’n’roll, punk, soul, western, rock sureño y más en un áspero licor de música 100% americana de alta gradación. Tan americana como unas botas de piel de serpiente de cascabel o ser enterrado al pie de un cactus en un agujero perdido en el desierto de California.
El sermón está a punto de empezar. Las botellas ya están abiertas, las guitarras están conectadas a los amplis y el evangelista está en su púlpito. Estás invitado…