Aunque pudimos ver a Rich Jones con The Black Halos cuando él y Billy Hopeless giraron por nuestro país en la primavera de 2016, y aunque el grupo ha lanzado una serie de interesantes singles desde ese año, hemos tenido que esperar más de un lustro desde aquella reunión para tener entre nosotros todo un larga duración con el famoso logo de la banda estampado en su portada. Y con el bueno de Jay Millette de nuevo entre sus filas, lo que siempre es buena noticia. Completan el actual line-up la sección rítmica formada por John Kerns (The Age Of Electric) al bajo y a la batería Danni Action (ACIIDZ).
Cuenta Jones que “…How the Darkness Doubled” es el título que él y Hopeless habían pensado para la continuación del legendario “The Violent Years”, pero ya sabemos que el guitarrista no permanecería en la banda para ver publicado su tercer trabajo (abandonó el grupo para unirse a los estadounidenses Amen en una maniobra que, a día de hoy, no parece muy afortunada). Más de veinte años después sin embargo el guitarrista vuelve a ser el compositor principal de la banda y parecía oportuno recuperar el título porque, como él mismo concede, “…How the Darkness Doubled” es la continuación si no cronológica, sí espiritual de “The Violent Years”. Por cierto, que alguien me explique cómo lo hace para poder alternar las labores compositivas entre la Michael Monroe Band y The Black Halos y no bajar el nivel.
Sea como sea, “…How the Darkness Doubled” es puro The Black Halos de inicio a fin. Y probablemente también sea la obra más certera con el nombre del grupo desde que Jones lo abandonara. Al fin y al cabo, él siempre fue el mayor artífice del sonido inicial del grupo y todos sabemos que a las obras que siguieron a su partida, aunque correctas, siempre les faltó algo de mordida.
Podemos pues decir que “HTDD” es un digno sucesor de “TVY”, con una docena de temas donde, si la memoria no me falla, solo han recuperado un par de los temas lanzados en los siete pulgadas de los últimos años (y qué temas, por cierto: el enorme “Uncommonwealth” y el homenaje al desaparecido Chi Pig que es “Ain’t No Good Time To Say Goodbye”). Por lo demás, “A History of Violence” abre las hostilidades demostrando que The Black Halos están de regreso y que lo que se traen entre manos es, como dicen los anglosajones, su ‘juego A’; un tema que recuerda vagamente a “Some Things Never Fall” (pero en el buen sentido). Los dos cortes que siguen ya los conocemos: el primer single, “Tenement Kids”, continúa con la agresión, aunque en una línea algo más reposada pero igualmente abrasadora, sucedido por esa bomba de relojería que es la mencionada “Uncommonwealth”. “Forget Me Knot” ocupa la cuarta posición y es un medio tiempo marca de la casa con aire agridulce en la que podemos escuchar un piano en segundo plano que le va como anillo al dedo. A continuación “Better Days” sorprende por la inclusión de un arreglo de lo que parece un sintetizador que le da cierto aire new wave, aunque sigue siendo un tema que encaja perfectamente en el sonido del grupo. El ecuador del disco lo marca “You Can’t Take Back The Night”, un tema con un riff y unos coros 100% halos. En la misma línea se sitúan “Even Hell Is Looking Down” y “All Of My Friends Are Like Drugs”, canciones que nos hacen pensar que realmente no ha habido un paréntesis entre su segunda obra de estudio y esta. “Ready To Snap” es otra canción que sorprende, pero en esta ocasión porque parece haber un segundo vocalista acompañando a Hopeless; es también mi tema “menos preferido” del disco, lo que no significa que sea desechable en absoluto. “Frankie Come Home” está también entre lo menos inspirado del álbum, aunque como el corte previo, tampoco es que resulte un desperdicio de espacio. La también conocida como hemos dicho antes “Ain’t No Good Time To Say Goodbye” hace remontar el vuelo a un álbum que acaba por todo lo alto con la intensa “A Positive Note”, dejando al oyente con ganas de repetir la escucha.
Creo que es necesario decirlo: “…How the Darkness Doubled” no es “The Violent Years”, pero tampoco es una obra hecha deprisa y corriendo para salir del paso y que sirva de excusa para ofrecer algunos conciertos (y a ese respecto supongo que en los próximos meses veremos la capacidad de maniobra que tiene el grupo para salir de gira de una manera más o menos amplia). Es más, creo que estamos antes su mejor obra tras su segundo y primer discos (aunque también creo que a nivel de producción suena mejor que su debut). Y no descarto que en un futuro no se convierta en mi segundo disco preferido de los de Vancouver.
Ahora solo falta que podamos volver a verlos sobre los escenarios de nuestro país cuanto antes (o aunque sea como parte del cartel de algún festival veraniego, y se me ocurre uno en concreto para el que serían perfectos…). Porque estoy seguro además de que estos temas tienen que sonar todavía mejor sobre un escenario.