Nick Cave ‘This Much I Know Is True’

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Nick Cave ‘This Much I Know Is True’
Andrew Dominik (Uncommon Creative Studio)

Nueva película sobre el artista australiano del director de mismo país que ya dirigió “One more time with feeling” en 2016, que se estrenó durante un solo día en 850 pantallas de cine alrededor del mundo. La cinta supone una continuación que refleja el trabajo de Cave y su mano derecha Warren Ellis durante los ensayos del pasado año preparando canciones de “Ghosteen” y “Carnage”.

Filmada en esta ocasión en color y utilizando los travellings sobre raíles como contrapunto terrenal cuando la música se eleva y se hace solemne -lo que ocurre en bastantes ocasiones en esta película-, el film comienza con la última obsesión del músico australiano, la cerámica, mostrando una curiosa colección que recrea la vida del diablo en numerosas figurillas y escenas entre divertidas, macabras y dolorosas, como en el que caso de la figura que representa al diablo sacrificando a un chico, que inevitablemente lleva al propio protagonista y al espectador a recordar la fatídica experiencia del hijo ausente.

En la primera parte de la cinta Cave aparece además reflexionando sobre los infinitos mensajes que dejan en su web sus miles de seguidores sobre problemas y cuestiones personales, momento a partir del cual la música se hace protagonista, impecable en formato de a dos principalmente, pero también con grandes momentos según avanza el film para un electrizante trío de coristas, un cuarteto de cuerda y la entrañable y divertidísima intervención de la genial Marianne Faithfull, poco reconocible después de la enfermedad.

La segunda parte del metraje es más dinámica e interesante. Es entonces cuando empiezan las entrevistas, intercaladas con momentos musicales, y aportando interesantes explicaciones del proceso creativo de la pareja, de su relación musical basada en horas y horas de improvisación entre las que extraer escasos minutos válidos y como aun estos cambian de un día para otro por obra y gracias del genio de Ellis, del que el espectador llegará a entender su compleja personalidad en una sombrosa e hilarante escena en la que se muestra el caos de información acumulada y solapada en la pantalla de su portátil. Las canciones en este tramo final ganan peso y atrapan en su contenida enjundia y grandilocuente emoción, finalizando en el mejor momento.

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