Los holandeses -aunque lo de “holandeses” no es un calificativo del todo certero por lo que ahora veremos- The Anomalys lanzaron hace aproximadamente un mes este “Glitch” con el que regresan a la actualidad discográfica y en el que además debutan en el estudio con su nueva formación. Una formación por cierto que ya hemos podido ver en nuestro país en directo en los últimos años y en la que acompañan a Bone, el guitarrista y vocalista, Stéphane Loustalot aka Looch Vibrato de los franceses The Magnetix a la segunda guitarra y el batería Rémi Lucas, que completa la formación.
A pesar de los cambios de personal, en “Glitch” no encontramos nada que se salga especialmente del guion. Si acaso, el (nuevo) trío parece más por momentos más desquiciado todavía que en ocasiones anteriores. Son un total de nueve cortes en lo que The Anomalys se mueven por esos terrenos pantanosos entre el garage-punk sucio y el rockabilly más bastardo que en directo adquieren todavía más mugre, distorsión y volumen que lo que es posible capturar en los surcos de un disco. Aunque dicho sea de paso, el sonido de “Glitch” es una muy fiel recreación del poderío del grupo en vivo.
A la vista de los resultados, la banda parece haber acabado de ensamblarse del todo -el último concierto del grupo que presenció servidor fue un tanto errático-, logrando un álbum donde tanto los temas más rápidos como los más melódicos o los instrumentales suenan como deben. Nueve pepinazos de entre minuto y poco y dos minutos y pico (salvo los más de cinco que dura “Dead Friends”, probablemente también el tema más “diferente” del disco, y los casi tres y medio de “Bleed for Me”, uno de mis favoritos) que no te van a defraudar si ya conoces a la banda.