No hace falta que desde aquí recordemos lo nefasto que ha resultado este 2020 por motivos obvios. Lo que sí nos gustaría hacer es un pequeño repaso a una serie de ideas que han ido cristalizando en nuestras mentes en los últimos meses y que hemos comentado en nuestras reuniones de staff virtuales (las nuestras siempre han sido así, por cierto).
Tal vez sea el cambio de año o tal vez sea simplemente nuestra natural tendencia a ponernos en lo peor, pero cada vez tenemos más claro que los medios con un fuerte componente escrito como es el nuestro estamos destinados a una pérdida de relevancia que ya se verá qué grado alcanza, pero que nos parece inevitable. Internet ha ido abriendo nuevas formas de comunicación y la nuestra puede considerarse la más arcaica de todas. Y a pesar de lo que algunos sigan pensando, el fenómeno de los “youtubers” y similares ha venido para quedarse.
Cualquiera que haya tenido que lidiar con comentarios airados de lectores durante unos quince años sabrá de sobra que, por regla general, la comprensión lectora brilla por su ausencia. No insistiremos en cosas de las que hemos hablado por aquí largo y tendido a lo largo de los años, como es el hecho de que hay un número creciente de personas que no comprenden textos escritos en su propio idioma materno y que, como resultado, acusan al autor de cosas que ni ha dicho ni tenía intención de sugerir siquiera. Eso en el mejor de los casos, porque la expresión escrita de muchos de estos sujetos con frecuencia es todavía más deficiente que esa comprensión lectora.
Y tampoco queremos entrar en las causas porque no es el objetivo de este texto, pero es también evidente que el lector medio prefiere textos cortos y que gracias a la difusión en las redes (a)sociales, en un porcentaje altísimo se conforma con leer titulares. Suponemos que una de las consecuencias de esto es que muchos medios musicales internacionales hayan dejado de lado los contenidos de mayor enjundia por felicitaciones de cumpleaños, noticias sobre polémicas online causadas por la aparición de una camiseta en una película, comentarios sobre comentarios en podcasts o los problemas judiciales de un vocalista de segunda fila (son ejemplos reales vistos en una publicación de renombre mientras redactamos estas líneas). Eso cuando no se dedican a hacer listas donde se ordenan de peor a mejor discos o canciones de determinado grupo o estilo. Y los medios generalistas no es que lo lleven mucho mejor, no hay más que ver la cantidad de chorradas que se cuelan en los informativos y lo poco que nos hablan de verdaderas noticias, sobre todo de carácter internacional.
Tenemos el convencimiento de que gracias a las redes (a)sociales también la labor que hacemos es cada vez más irrelevante: la gente simplemente acude a la información de primera mano, lo que nos convierte en una especie de intermediarios inútiles que además van a destiempo. Tal vez no sea mala idea esa de hablar de chorradas al fin y al cabo…
2020 ha sido también un año en el que algunas cabeceras nos dijeron adiós, aunque luego volvieran en exclusiva en el mundo virtual. Ya hemos hablado de eso también por aquí, así que no insistiremos, pero por el bien de todos ojalá su modelo triunfe.
Y 2020 para nosotros ha sido un año duro. Hemos tenido que luchar durante meses para sacar adelante día tras día un medio que os recordamos que es de actualización diaria, en un panorama en el que no había noticias. Simplemente no las había. Y puede que muchos empiecen a ver la luz al final del tunel, pero la verdad es que nosotros lo único que intuimos es que cada día que pasa estamos un poco más cerca de llegar al final del camino. La situación, bien lo sabéis todos, dista mucho todavía de ser la ideal. Y probablemente nunca llegue a ser igual que lo era antes de marzo de este año. Por eso no nos sorprende que cada vez sea más habitual encabezar los correos que recibimos con un “tienes que ayudarme con esto” o fórmular similares. “Tienes que ayudarme con esto”… quien ha tratado con nosotros de una manera fluida sabe que siempre que podemos intentamos ayudar, pero no sentimos que haya la misma reciprocidad. Y eso es algo que acaba minando el ánimo y las ganas de hacer cosas.
Sí, 2020 ha sido duro PARA TODOS; y nosotros al menos no esperamos que en gran parte de 2021 las cosas vayan a mejorar significativamente. Y suponemos que si alguno habéis llegado hasta el final de este texto estáis esperando alguna especie de revelación o de moraleja, pero no la tenemos. Así que, a pesar de todo, esperamos que este próximo año que ya casi comienza sea mejor para todos, para vosotros y para nosotros. Nos lo merecemos.