The Pretty Things – ‘Bare As Bone, Bright As Blood’ (Madfish 2020)

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Puede que perdiéramos a Phil May a mediados del pasado mes de mayo, pero el británico nos dejó terminado antes de irse un regalo en forma de disco, “Bare As Bone, Bright As Blood”, que será lanzado el viernes 25 de exste mismo mes de septiembre. Una obra además que supone el primer álbum del grupo en formato acústico de toda su dilatada carrera.

Resulta un tanto sorprendente que tras 55 años de carrera, después de su retirada de los conciertos en diciembre de 2018, el mencionado May y su lugarteniente Dick Taylor se inclinaran por el formato desenchufado, aunque según cuenta el manager de
The Pretty Things, Mark St John, en las notas promocionales, tiene todo el sentido del mundo: cuando se hizo evidente que la banda no podía continuar con las actuaciones en directo por los problemas de salud de May, en un primer momento el grupo no pensó en esa posibilidad, aunque durante el año 2019 de alguna manera ambos músicos cambiaron de opinión y es cuando la idea de este “Bare As Bone, Bright As Blood” empezó a tomar forma. Por cierto, que St John afirma que justo antes de que The Pretty Things decidieran dar su último concierto en vivo, la banda había completado un disco leéctrico que fue archivado por la imposibilidad de presentarlo en directo; supongo que podemos esperar a que vea la luz algún día…

Pero volviendo al disco que nos ocupa, se puede decir que si este es el último trabajo de The Pretty Things, el grupo se puede despedir con la cabeza bien alta. En esta docena de canciones, donde nos encontramos principalmente frente a los talentos de May y Taylor, The Pretty Things se pasean por el blues del delta y el género americana en un trabajo que a mí personalmente me recuerda a las primeras obras de Mark Lanegan o al último Johnny Cash, sin que eso signifique que estemos ante un álbum falto de personalidad propia. En realidad es todo lo contrario. Al escuchar estos doce cortes nos damos de bruces con un disco dotado de un sonido crepuscular y oscuro que se antoja muy acorde con la realidad de unos músicos que son conscientes de que se acercan al final de su recorrido vital.

A través de unas impecables y emocionantes interpretaciones, incluyendo algunos standards como “Devil’s Got A Hold On Me”, “Love In Vain” o un “Black Girl” que la generación del grunge conocerá por el título mucho más políticamente correcto en estos días de “Where Did You Sleep Last Night”, The Pretty Things nos llevan por unos parajes musicales que resultan altamente estimulantes durante todo el recorrido. Apenas disminuye el nivel de intensidad durante los alrededor de tres cuartos de hora en los que se extiende el disco -salvo tal vez en el corte final “Another World”, que a mí personalmente me parece prescindible-, haciendo que tampoco disminuya el interés del oyente ni un ápice.

No soy muy amigo de los discos acústicos salvo contadas excepciones. Excepciones a las que desde ahora voy a añadir este enorme “Bare As Bone, Bright As Blood”.

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