En este año convulso, por muchas y diversas razones, aunque por alguna más que
otra, no pocas bandas han visto trastocada su agenda discográfica. Son numerosas
las formaciones que han realizado retrasos o aplazamientos en las fechas de
publicación de sus nuevos trabajos, mayormente por la incertidumbre de saber
cuándo podrán ser defendidos ante el público, y si ese lapso de tiempo será lo
suficientemente grande para que el nuevo material, paradójicamente, se convierta
en viejo.
Lamb Of God presentaban este mes de junio su homónimo disco, que supone la
décima entrega (octava si solamente contamos los trabajos de estudio) de los de los
estados juntos de América, una cifra redonda que los virginianos han cuidado con
esmero, tras un largo lapsus de cinco años desde la anterior publicación oficial.
Lamb Of God no han arriesgado demasiado en esta nueva entrega, y han seguido su
senda continuista en cuanto a estilo y composición. No obstante, la banda ha
facturado un puñado de canciones a un alto nivel, y que, al menos algunas de ellas,
tienen papeletas para constituir nuevos clásicos de la banda.
A nivel técnico, el disco ha sido producido por Josh Wilbur, que lleva haciendo esta
labor con la banda desde aquel “Wrath” de 2009, logrando un sonido potente pero
cristalino, en el que se pueden apreciar todos los matices que Lamb Of God ha
querido incluir en él, pero que transita por el habitual camino y sonido de la banda.
“Lamb Of God” como hemos dicho anteriormente, no supone ningún salto adelante
ni ningún giro estilístico. Por el contrario es un disco eminentemente continuista, y,
a juzgar por lo que parece, la banda no va a abandonar esta línea, que por otro lado
les reporta un lugar privilegiado en el universo del metal actual, aunque sin dar ese
salto definitivo al éxito “masivo”.
La principal novedad del álbum es la nueva incorporación de Art Cruz a la batería,
con un trabajo realmente impecable, sustituyendo al defenestrado Chris Adler, a la
sazón miembro fundador de la banda, a la cual no le ha temblado el pulso a la hora
de invitarle a irse, quizás motivados por las declaraciones de Adler acerca de lo
aburrido que es hacer una y otra vez la misma canción.
En cuanto a los temas, bastante compensados entre sí, quizás sobresalen por encima
del resto, aunque no muy evidentemente, y tras varias escuchas, “Gears”, “New
Collossal Hate”, “Bloodshot Eyes”, o la difícil de definir “Memento Mori”.
En definitiva, un buen disco, que proporcionará a sus seguidores momentos y
canciones para alimentar sus cinco años de espera, en el que, sin arriesgar, repiten
jugada, a sabiendas de que su baza es ganadora, pero que quizás no arriesgue lo
suficiente como para atrapar a nuevos oyentes, o, lo que es más importante,
auparlos definitivamente a un escalafón superior del olimpo del metal.
Lamb Of God – “Lamb Of God”
Listado de canciones
Memento Mori 5:48
Checkmate 4:30
Gears 3:55
Reality Bath 4:32
New Colossal Hate 4:30
Resurrection Man 4:59
Poison Dream 4:57
Routes 3:04
Bloodshot Eyes 3:57
On The Hook 4:30
