Una verdad incómoda: el rock ni está ni se le espera

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Spotify ha hecho pública una lista de lo más escuchado en su plataforma durante este 2020. Un período claramente marcado por la pandemia del coronavirus y el confinamiento. Y las noticias no son nada buenas para el rock:

“En los últimos meses, en Spotify hemos detectado una tendencia por parte de nuestros usuarios a escuchar música de décadas pasadas. La década de los 2000 es la clara favorita y los artistas más escuchados son todos españoles. Además, vemos esta tendencia a lo largo de todo el territorio español. También es común a todas las generaciones, desde ‘baby boomers’ hasta la generación Z”, explica Melanie Parejo, Head of Music para el sur de Europa de Spotify. “Nos encanta ser la plataforma de audio en streaming de referencia que millones de españoles eligen cada día no solo para descubrir los últimos lanzamientos, sino también para escuchar los éxitos que forman parte de la historia de nuestra música. Por eso hoy lanzamos una web donde cada uno puede descubrir la música que compone su propia banda sonora de décadas pasadas”.

Entre los artistas más escuchados, Spotify ha elaborado el siguiente ranking:

Artistas más escuchados en España de los 2000:

El Canto Del Loco
Fito y Fitipaldis
Estopa
Melendi
Pereza
Daddy Yankee
Marea
La Oreja de Van Gogh
Amaral
Don Omar

Artistas más escuchados en España de los 90:

Estopa
Joaquín Sabina
Extremoduro
Alejandro Sanz
Nirvana
Manolo García
Antonio Flores
Celtas Cortos
Red Hot Chili Peppers
R.E.M.

Artistas más escuchados en España de los 80:

Queen
Mecano
U2
Dire Straits
Guns N’ Roses
Hombres G
Radio Futura
Duncan Dhu
The Police
Joaquín Sabina

Como es obvio, los representantes del género rock que aparecen -entendido este en sentido amplio- son todos artistas masivos; lo contrario sería soprendente… pero el análisis un poco más minucioso de los datos nos golpea en plena cara con una idea: apenas hay representantes de interés en este nuevo milenio. Una de dos, o realmente no se ha hecho rock lo suficientemente interesante del año 2000 en adelante, o el que se ha hecho no tiene ningún tipo de repercusión. Tal vez podríamos añadir otro factor: que los consumidores de rock no son muy inclinados a utilizar servicios de streaming.

Así a bote pronto, aun sin contar con datos demográficos, a partir de los datos no parece descabellado pensar también que el público rockero está envejeciendo, algo que creo que estamos comprobando empíricamente en las salas de conciertos. Tampoco sería una locura concluir que, efectivamente, la cultura del rock no atrae a las nuevas generaciones, aunque una versión descafeinada y llena de clichés de su imagen sí que parezca triunfar periódicamente en las cadenas de ropa.

Algunos dirán que somos agoreros y que pintamos un panorama muy negro. Lo cierto es que tras tantos años peleándonos con eso conocido como “la escena” y un poquito también con eso otro llamado “la industria” ya no nos quedan ganas de hacer valoraciones; simplemente os presentamos los datos.

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