Hace unos años por las filas de colaboradores de Rock and Roll Army se prodigó un extraño personaje que medía el tiempo transcurrido en un tipo de unidades bastante particular. Al igual que las tribus indias lo hacían en “lunas”, él contaba el tiempo en “reseñas”: “hace tantas reseñas de tal evento”, “han pasado ya no sé cuántas reseñas de aquel magnífico concierto de no sé quién…”, “me quedan alrededor de x reseñas para cobrar la nómina y no sé si voy a llegar holgado a fin de mes…”. En fin… Era un tipo peculiar en muchos aspectos de su singular existencia.
No sé qué habrá sido de él, si sigue dedicándose a esto de los textos de contenido musical y contando las “reseñas del tiempo” o si hoy día invierte su tiempo laboral en una acería y su vida ahora transcurre, no a golpe de segundero, sino dividida en palanquillas y coladas totales fundidas.
De cualquier manera y, por aquello de que todo se pega menos la hermosura, yo hoy tomaré prestada su curiosa manía y diré que hace ya unas cuantas reseñas que hablaba yo de los clásicos discos en directo con los que en una época ya muy pasada nos solíamos introducir, totalmente profanos, en el universo de tal o cual grupo.
Pues bien, este “Waiting for The Night” ha sido para mí la introducción perfecta en el trabajo de los noruegos Audrey Horne (debo reconocer que no me sonaba ni el nombre, extraído del personaje que representase la guapa Sherilyn Fenn en la mítica serie “Twin Peaks”. Tampoco era fan. Me parecía un peñazo de culebrón, seamos sinceros).
Debo reconocer que hacía mucho tiempo –o mejor, muchas, muchas reseñas- que no disfrutaba tanto de un disco de estilo, digamos “heavy”, aunque la etiqueta se queda muy escasa para este caso.
De todos es conocida la afición de los músicos nórdicos de metal extremo a recomponerse en filas endogámicas para formar nuevos combos en los que plasmar sus gustos e influencias distantes del “black” de sus primeras bandas. Ejemplos hay muchos. En ese sentido, en Audrey Horne se junta gente de grupos como Enslaved y Gorgoroth para traspasar a los surcos de sus discos los matices extraídos de un amplio crisol de fuentes de las que se ve que han bebido bien.
A menudo se habla de Audrey Horne definiendo su estilo musical como “hard’n’heavy” con influencias post grunge, haciendo referencia a gente como Alice in Chains o Faith No More. Bien, mi conocimiento sobre Audrey Horne no me autoriza a desplegar tal manto de sabiduría, pero sí os diré que, por lo que he podido comprobar escuchando con atención este “Waiting for The Night”, sus influencias se despliegan mucho más extensamente, porque yo veo cosas de la NWOBHM (“This is War”, inspiración directa de los primeros Iron Maiden); veo cosas de la ola escandinava de punk rock de los años 90, al estilo de Gluecifer, Turbonegro y demás (“Audrevolution” o “Midnight Man”); veo cosas que me recuerdan a grupos clásicos del hard rock más setentero (no puedo evitar que el estribillo de “Blackout” me recuerde horrores a UFO y “Out Of The City” es un claro tema de homenaje a Thin Lizzy ); veo cosas que, efectivamente me retrotraen a la etapa del mal llamado post grunge, sonando bastante a Tool y quizá más de lejos a Alice In Chains, como ya se ha descrito (en “Threshold” y “Weightless”); veo al Madman y sus huestes en el riff principal de “Blaze of Ashes”, etc… etc..
Nada original, diréis. Efectivamente. La propuesta no es la más original, pero existen distintas posibilidades de abordar el asunto y, para unos tipos que probablemente sólo buscasen divertirse saliendo de su zona de –black- confort, el ejercicio está tan preñado de calidad y buen gusto que redunda en la diversión del público que los sigue. Es mucho peor intentar homenajear a tus ídolos y quedarte en el mero plagio, como ocurre en incontables ocasiones.
Yo he disfrutado en grande de este “Waiting for The Night” y, sinceramente, creo que seguiré haciéndolo durante muchas reseñas más.