Hace hoy justo una semana, el pasado viernes 10 de enero, se editaba oficialmente
“Tascam Tapes”, la nueva referencia de los holandeses DeWolff. Una obra que tal vez sea
demasiado ambicioso llamar nuevo disco, porque a pesar de llegar a la docena de cortes,
su “escasa” duración (para los estándares habituales de un grupo de sus características
al menos), tan solo 32 minutos justos, lo sitúa más cerca del formato EP que del LP.
En cualquier caso, no estamos tampoco ante un disco corriente, ya que se trata de una
serie de composiciones que la banda fue registrando durante sus giras. De ahí la
leyenda que figura en su portada: “This is DeWolff’s new album. It was recorded on the
road for less than $50, but it sounds like a million bucks” [“Este es el nuevo álbum de
Dewolff. Fue grabado en la carretera por menos de 50 dólares, ¡pero suena como a un
millón de pavos!”].
Tampoco es nada convencional su enfoque, ya que la banda asegura haber grabado estos
cortes sin batería, sin Hammond y sin amplificadores. La ausencia de batería es
notable, ya que se han utilizado ritmos electrónicos, algo que resulta en un primer
momento algo chocante para una banda como el trío neerlandés (como anécdota comentaré que pensaba que me había equivocado de CD la primera vez que lo puse en mi
reproductor).
El resultado para este experimento es un disco que personalmente me recuerda al primer
Beck en algunos momentos, a The Black Keys en otros, y que también tiene mucho regusto
a soul funk tardosetentero, casi arrimándose a la música disco incluso.
Para mí “Tascam Tapes” se convierte más en una curiosidad, una rareza dentro de la
discografía del grupo, que en un disco como tal. O quizás yo lo quiera ver así. Lo que
no quiere decir que no sea un trabajo disfrutable y que no podamos encontrar alguna que
otra sorpresa entre sus surcos.
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