De entre los armarios, seleccionadas las mejores galas, lo más florido de la escena gótica y post gótica patria se preparó a conciencia para asistir al nacimiento de una de las citas que, con el tiempo, y aplicando remedio a las vicisitudes propias de las primeras ocasiones, está llamado a ser una de las reuniones ineludibles dentro de la escena oscura, no solamente en la piel de toro, puesto que como pudimos observar en los dos días que ha durado esta bautismal primogénita edición, la llamada ha traspasado fronteras.
Aglutinando un buen puñado de estilos surgidos al amparo del afterpunk, con el gótico en sus diferentes encarnaciones como ancla fundamental, pero dejando espacio para todo el espectro oscuro que surgió a partir de ello, la primera edición del DarkMAD aglutinó un cartel de altos vuelos para su nacimiento, en el que quizás tengamos que destacar por encima de todos la figura de una de las bandas claves para entender todo lo que vino después, aunque no gozara del éxito masivo que algunos de sus coetáneos alcanzaron.
Junto a Fields Of The Nephilim, sin duda el plato fuerte de la edición, se hallaban otras bandas punteras de diferentes estilos, muy diversos aunque todos bajo el paraguas derivado por esa primera hornada de los primeros ochenta, destacamos a Covenant, que sufrieron en sus carnes las penalidades sonoras en las que prácticamente todos los artistas se hallaron en mayor o menor medida, a unos The Cassandra Complex que no se suelen prodigar en demasía, y el espectáculo visual y sonoro que Larva mostró en la carpa, en la primera jornada, y She Pleasures Herself, Apoptygma Berzerk y She Past Away en la segunda, además de, por supuesto, Fields Of The Nephilim. Todo ello aderezado con toneladas de niebla, que a punto estuvieron de provocar la restricción del tráfico en la almendra central del recinto.
Pero comenzaremos desde el principio.
Pertrechados con la mejor de las intenciones para un par de maratonianas sesiones, el festival comenzó con retrasos en el escenario principal, lo cual descolocó una agenda en la que la peor parte se la llevaba la carpa, donde a priori todos sus artistas se solapaban con las actuaciones del recinto principal.
Aun así, tuvimos tiempo de ver a Crvor Martyrivm haciendo los honores de abrir el festival, y más tarde, diluyéndonos como pudimos entre la masa ante la inexistencia de zona de prensa, asistir a una frenética y potente actuación de Larva, al que si no hubiera sido por los retrasos en el escenario principal no habríamos tenido la oportunidad de disfrutar, haciendo bueno eso de que no hay mal que por bien no venga.
The Cassandra Complex se reivindicaron, ya en el escenario Dark Stage, con un contundente y compacto concierto, quizás reclamando una mejor posición en la parrilla, que, a tenor de lo visto, era merecida.
Signal Aout 42, aglutinando ya una marcada expectación en el escenario principal, desplegaron sus composiciones y su pretendidamente desafiante y oscura pose, ejercida por Jacky Meurisse, agazapado dentro y fuera de la cortina de niebla, que conectó con la audiencia durante el tiempo que permanecieron sobre las tablas.
Tras ellos, la tensión bullía en el ambiente, pues uno de los platos fuertes del festival, estaba a punto de aparecer.
Covenant quizás fueron los más perjudicados en cuanto a sonido de las dos jornadas, lo cual hizo también mella en el nivel de su actuación, al no sentirse nada cómodos los de Helsingborg sobre las tablas, diluidos también entre una niebla que no hizo más sino difuminar a un nivel superior su actuación. Pese a poner todo por su parte, su actuación no llegó a las cotas esperadas.
Lords Of Acid, los siguientes en la lista, consiguieron subir el ánimo y hacer desaparecer la frustración anterior a base de su new beat esquizofrénico con un exacerbado componente sexual en la exhibición que hicieron en la sala Groove. El histrionismo superlativo de todos los componentes de la banda, pero muy especialmente Praga Khan y Marieke Bresseleers hizo el resto. Esta última incitando a los allí presentes hasta el punto de subirse al escenario a dos personas del público para montar sendos numeritos erótico festivos que no llegaron a mayores.
Buen sonido, y buena actitud, aunque su actuación, planteada como un camino al éxtasis colectivo, haya obviado el crescendo comenzando desde arriba del todo, y no llegando al clímax en ningún momento, manteniendo un eterno in albis.
Tras el desenfreno, The Horrorist, el proyecto en solitario de Oliver Chesler, tomaba la escena para hacer que la fiesta continuara con su amalgama en torno al EBM, y consiguió que los irreductibles que todavía pululaban por la sala se engancharan a su estela.
Muy a pesar nuestro, la jornada comenzaba a hacerse interminable, y optamos por reservar fuerzas para la noche del sábado, sin asistir a la actuación de A Split Second, ni al DJ set de Ancient Methods.
La segunda jornada prometía un mejor resultado. Subsanados parcialmente alguno de los gazapos iniciales, nos encontramos con la noticia de la suspensión por motivos de salud de la actuación de Dr. Diablo &The Rodent Show, esperada por muchos fans de Alien Sex Fiend, y que dejó cojeando el comienzo de la velada, aunque los frutos de la cancelación lo recogieran Latitud Estereo y Conmutadores, que abarrotaron la carpa.
Por contra, el resto de las actuaciones del escenario secundario se encontraron con la “contraprogramación” de los cabezas de cartel, que hizo imposible dividirse para abarcar propuestas simultáneas.
Y el público se mantuvo allí hasta que She Pleasures Herself abrieron el telón del escenario principal.
La cuidada puesta en escena, con luces azules y haces de neón fucsia, sumados a la pantalla trasera donde se proyectaban imágenes sugerentes, consiguieron fijar la atención de los allí presentes en la banda y sus composiciones, que ejecutaron con devoción y entrega, arropando a Nuno Varudo en todo momento.
Sobreponiéndose a las dificultades técnicas, nuestros vecinos lusos facturaron un notable concierto con el que cautivaron a los congregados.
El ahora dúo Love Is Colder Than Death era el siguiente en la lista para tomar el relevo sobre las tablas de la sala Groove, y aprovecharon su tiempo para reflejar su particular visión musical, en la que los espasmódicos bailes de RalfJehnert ponían el contrapunto al hieratismo impertérrito de Maik Hartung.
Tras el baile de horarios de la jornada, La organización trasladaba el concierto de Kirlian Camera a última hora para que la banda estrella de la noche ocupara su horario primitivo en el cartel.
Y así, tras los muchos esfuerzos por eliminar ese persistente acople que a punto estuvo de dar al traste y que paró durante más de diez minutos su actuación, los señores de la noche hicieron acto de presencia, aunque a duras penas se les vislumbraba entre las toneladas de gas carbónico con las que nos bombardearon durante toda su actuación, cuando los ecos de la frenada del tren del que se bajó el hombre de la harmónica comenzaron a sonar, ante la enfervorizada audiencia, mucha de la cual ha estado esperando durante largos años para ver a uno de los iconos vivientes del movimiento gótico.
MacCoy y sus secuaces, o lo que es lo mismo, Fields Of The Nephilim, comenzaron, como les hemos dicho, con su habitual intro versionando el “Harmonica Man” de Morricone, para acto seguido comenzar a desgranar muchos de sus temas bandera, ampliamente conocidos por los parroquianos, entre los que podríamos destacar alguno, pero no creo que fuera justo hacerlo, si bien diremos que el peso del repertorio recayó principalmente en sus dos primeros larga duración, “Dawnrazor” y “The Nephilim“.
Quizás lo más reseñable fuera la inclusión de uno de sus temas recientes, “Mourning Sun“, con el que cerraron su concierto, eso sí, para después despedirse con un apoteósico “Last Exit For The Lost” en el bis.
Una pena que las condiciones no fueran las más idóneas para desplegar todo su potencial, pero podemos certificar que Fields Of the Nephilim es un referente indiscutible del que son deudores no solamente las formaciones posteriores de todas las ramas del género, sino que ha establecido su impronta en otros géneros mucho más alejados, a priori, de los postulados fundacionales del rock gótico. En definitiva, una actuación épica, en todos los sentidos, y que será largamente recordada.
Tras ellos, el sitio para las nuevas generaciones estuvo representado por una de las bandas que más expectación habían generado dentro del cartel del festival.
She Past Away desgranaron una correcta actuación, que no brillante, ante los enfervorizados seguidores que copaban las primeras filas, convirtiendo su concierto en una suerte de karaoke contenido con el que el dúo convivió durante la hora larga que dispuso sobre las tablas, mientras las diapositivas que conformaban su puesta en escena se diluían sobre los técnicos que pululaban por la trasera del escenario.
Otro de los pesos pesados de la noche saltaba a las tablas inmediatamente después.
Desde el norte escandinavo, Apoptygma Berzerk se convirtió en el contrapunto festivo a tanta negrura reinante, con su dream pop oscuro, haciendo que el público comenzara a experimentar un trance tanto musical como espiritual que la banda claramente quiso alcanzar desde el comienzo de la actuación, no reservando temas estrella, como “Non-stop Violence“, que sonó apenas comenzada su actuación.
Sin duda uno de los triunfadores de la noche.
Lastrados por el cambio horario, Kirlian Camera ofreció un concierto correcto pero un poco automático para un menguante público debido a las altas horas, y decidimos dar por terminada nuestra jornada tras su actuación, dejándonos en el debe al resto del cartel.
En definitiva, una excelente idea reflejada en un festival original y único en la geografía patria, que demostró, vista la asistencia, que hay base para llevarlo a cabo, y que para la próxima edición, anunciada para el otoñal mes de octubre del año que viene, esperemos que haya limado esas aristas técnicas y logísticas que han provocado algún que otro destrozo en la moral de una parte de los asistentes.
Pese a todo, la escena es fiel, y estamos seguros de que asistirá a la segunda edición del DarkMAD.
Nosotros haremos lo propio.




































