Sebadoh + Dearly Beloved – Madrid (Sala But 11-10-2019)

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Como si nos hubiéramos montado en el Delorean de Emmet Brown, al traspasar el pasado viernes las puertas de la sala But, nos retrotraímos hasta la mitad de la década de los noventa, en cualquier madrugada de la sala Maravillas. El ambiente, el hilo musical, y, sobre todo, el público que poblaba el lugar eran en su mayor parte los mismos.

Atraídos por una de las bandas fetiches del movimiento indie, que tuvo su apogeo más o menos en aquellos momentos, se acercaron los seguidores de una de aquellas formaciones de relumbrón dentro de un género en el que parece que sus componentes estén dotados con el elixir de la eterna juventud, y las bandas celebran casi en tropel sus aniversarios y efemérides en estos momentos, llenando la agenda de este otoño musical de ocasiones para refrescar esa tan añorada por algunos explosión indie de los noventa.

La sala But, trasuntada para la ocasión en el Ochoymedio Club, alcanzaba un confortable lleno con el que los artistas invitados comenzaron a desgranar su espectáculo

Dearly Beloved comenzó con la energía disparada en todo lo alto, a base de distorsión y de un omnipresente bajo tocado como si de una guitarra se tratase por Rob Higgins, que da sustento a su compañera Niva Chow para que ambos ejecuten esa suerte de performance conjunta entrechocando sus cuerpos durante casi la media hora larga de que dispusieron sobre las tablas, eclipsando totalmente al resto de la banda.

Su indie hipervitaminado, con retazos de muchas otras cosas, resulta entretenido, aunque la repetición excesiva de las estructuras y los clichés hagan peligrar la honestidad de la propuesta.

Después de haberlo dado todo, incluso bajándose a la platea, Dearly Beloved nos dejaron con la sensación de haber ofrecido un concierto realmente entretenido para abrir boca.

Tras ellos, con esa normalidad de andar por casa de la que siempre han hecho gala Barlow y sus acólitos, ellos mismos prepararon el escenario para lo que minutos después sería una velada de caleidoscópicos recuerdos.

Casi sin hacer ruido, comenzaron a desgranar sus temas, comenzando con Barlow al mando de la nave, anclado detrás del micro y con su guitarra de doce cuerdas, desplegando los efluvios de los tiempos dorados de la banda.

Pero también cambió cromos a lo largo de todo el concierto con Loewenstein, intercambiándose las labores a las seis y cuatro cuerdas, aparejados a las primeras la posición de vocalista.

Loewenstein se encargó principalmente de los temas de “Act Surprised“, aunque también interpretó alguno de épocas pretéritas. Quizás su rendimiento fuera ligeramente inferior al que hubiera sido si Barlow hubiera mantenido el timón de la nave en todo momento, pero visto como disfrutaba cada vez que se colgaba el Rickenbacker, seguro que se encuentra a las mil maravillas con ese papel un poco alejado del epicentro que desempeña en esta nueva encarnación de Sebadoh.

Probablemente a parte de los asistentes no les hizo mucha gracia la bicefalia de la banda, pero lo cierto es que Sebadoh sonaron perfectamente engrasados, y, sobre todo, transmitiendo al otro lado de las tablas que estaban disfrutando de lo lindo.

Barlow se camufló tras su melena durante la mayor parte de la velada, dejando espacio para la visibilidad de sus compañeros, y así se mantuvo salvo al final de la misma, donde el trío mostraba a las claras una relajación que transmitieron a los temas que interpretaban.

Tras una hora larga, abandonan el escenario por apenas un instante -se ve que no tenían ganas de terminar-, y ofrecen otro ramillete de temas en un bis con el público ya totalmente entregado.

Puede que haya opiniones encontradas entre los que el pasado viernes acudieron a la cita con Sebadoh, pero lo que es evidente es que la nueva formación de la banda parece asegurar una nueva oportunidad para una de los grupos que, pasando casi de soslayo por la popularidad del indie, consiguió hacerse un hueco entre el resto de formaciones más populares, y que ciertamente han dejado un poso de influencia en bandas posteriores bastante mas profundo de lo que a primera vista parece.

Dearly Beloved
Dearly Beloved
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Sebadoh
Sebadoh
Sebadoh
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