Coven + Demon Head – Madrid (Caracol 20-7-2019)

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A pesar de que las modas cambian, de lo efímero de la fama y el reconocimiento, o del nivel de polvo que se deposite sobre tu pasada trayectoria, hay ocasiones en las que debemos de pasar a formar parte, aunque sea por solamente un pequeño lapso de tiempo, del acervo del imaginario colectivo de la música popular, puesto que no siempre se tiene la oportunidad de ver a una banda que ha forjado para sí una leyenda y ha representado uno de los necesarios eslabones de la evolución de la citada música popular.

Como ya les informamos puntualmente aquí en Rock And Roll Army, meticulosos que somos o nos ponemos, el pasado sábado teníamos la rara oportunidad de ver a una banda que participó en gran manera de la forja del lado oscuro, cuando George Lucas andaba aún en pañales.

Coven, o podríamos decir Jinx Dawson y sus acólitos, puesto que los efebos que la acompañan podrían perfectamente ser sus hijos o nietos, hacía acto de presencia en la piel de toro, curiosamente siendo la primera vez que actuaban en la geografía patria en su al menos medio siglo de vida.

Como les hemos dicho, solamente Jinx permanece al frente de la nave a día de hoy, aunque al presentarnos a la sangre nueva, como los denominó, comentó que los anteriores miembros de la banda siguen formando parte de ella, aunque no en activo.

Igualmente, los escuderos de Dawson demostraron sobrada solvencia sobre las tablas y despacharon los temas de una manera soberbia.

Tener unas composiciones como las de Coven también ayuda. Esa amalgama de sonidos y estilos que convivían con el comienzo de la banda se muestran en sus composiciones, donde podemos encontrar ecos de soul, blues, rock y proto metal que nos traen a la memoria diversas formaciones de diferentes estilos que les fueron coetáneas y nos recuerdan un momento en el que las canciones eran algo más que sucesiones de acordes, estrofas y estribillos.

Viendo a Coven sobre las tablas, acostumbrados como estamos a la ampulosidad de montajes y escenografías complejas y en cierta manera pretenciosas, quizás podamos pensar que no presentan nada que no hayamos oído, pero lo cierto es que ellos son una de las fuentes de las que han bebido infinidad de bandas que hoy en día son puntales de los sonidos más oscuros, y también pensar cómo de epatante debió de ser verlos en su momento de máximo apogeo, cuando ver salir a Jinx del ataud al comienzo de la liturgia, rodeada de sus acólitos vestidos de riguroso negro y con sus capas cubriéndolos y no dejando ver mucho de su anatomía, mientras recitaban fragmentos de una misa negra hasta que comenzaron a sonar los acordes de “Out of Luck” con el que abrieron la velada, podían trasladarte directamente a las puertas de averno.

Con un calor incluso mayor que allí, como la propia Jinx comentaba, saltaron a las tablas de la Caracol, si cabe, aunque es difícil, más sepultada en su habitual negrura y oscuridad, donde se escuchaba corear las letras de los temas que fueron desgranando al público, que consiguió llenar confortablemente la sala, en una ya de por sí calurosa noche del julio capitalino.

La seña de identidad de Coven, esas oscuras y satánicas letras que les auparon al olimpo de lo que hoy en día se conoce con la etiqueta del “occult rock”, sonaron contundentes mostrando que Jinx sigue en plena forma vocal, y manejando el escenario a su antojo en todo momento.

No faltó la parafernalia obligatoria. Las máscaras, túnicas, candelabros y calaveras, así como la omnipresente mano cornuta. Lo que no ha perdido Dawson tampoco es ese magnetismo, y esa convicción que transmite a la perfección al defender los temas de la banda, que, como hemos dicho, puso el envoltorio musical a los mismos de una manera más que notable.

Y así, tras una hora larga, donde pudimos escuchar algunos, aunque no todos, de sus temas mas emblemáticos, Coven ponía punto y final a una actuación histórica, y no solamente por ser la primera por estos lares.

Antes que ellos, y permitanme aquí la licencia de haber trastocado la normal cronología de los acontecimientos, saltaron a las tablas Demon Head. Los daneses exhibieron un doom demasiado encasillado en los tritonos, las elongaciones de tiempo y el atresillamiento, a pesar de que la parroquia parecía conocer sus temas al dedillo y disfrutar con ellos.

Facturaron un concierto correcto, quizás algo pretencioso, y con unas tremendas ganas de reivindicarse. A destacar la personal voz de su cantante, siempre eclipsado por las pasadas de frenada de su histriónico bajista al que probablemente le gustaría disponer del escenario para él solo y que acentuó aun más la impresión de que algo chirriaba por algún sitio en la teatralmente matemática puesta en escena del quinteto. Esperemos que sobrevivan a sus propios efluvios.

Pero no nos olvidemos de lo principal, y es que el pasado sábado, o sabbath, como tengan ustedes bien a llamarlo, tuvimos la oportunidad de asistir a uno de esos conciertos que, por diferentes motivos, formarán parte de la memoria de todo aquel que asistió al aquelarre, a ver y a escuchar a Coven.

Demon Head
Demon Head
Demon Head
Demon Head
Demon Head
Demon Head
Demon Head
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
Coven
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