Acudíamos a la cita con The Wave Pictures sabiendo un poco lo que nos íbamos a encontrar. A este trío, trasmutado en cuarteto para esta gira, se le conoce por las historias cotidianas que cuentan en las letras de sus canciones, que arropan con un envoltorio pop-rock para hacerlas accesibles, y que, tras lo visto esta noche, atesoran una fiel parroquia que acude a sus conciertos a disfrutar de un rato de diversión y de cercanía.
Porque si algo irradian estos irreverentes hijos de la pérfida albión, es una cotidianeidad y un desparpajo bastante omnipresente durante la velada, haciendo que los que se encuentran al otro lado del escenario, se hallaran como en el salón de su casa, o mejor, en uno de esos pub de la esquina que tan habituales son en cualquier ciudad de esa isla que esta al otro lado del canal de La Mancha.
Probablemente, si pusiéramos en una batidora un poco de Housemartins, algo de Luis Aguilé, una porción de Black Grape y el estilo guitarrero del en otro tiempo guitar hero que lucía una cinta sudadera en su cabeza (permitanme obviar su nombre por cansino) y unos Arctic Monkeys o Violent Femmes pasados de vueltas hacia abajo, por encima del vaso asomarían la cabeza Tattersall, Rozycki y Helm.
Antes de que saltaran a las tablas de la sala, Pardo, armado únicamente con su guitarra y su voz, nos ofreció un breve repaso a su repertorio de aire bluesy con tintes country castizo, para aderezar el comienzo de la velada.
Tras ello, salían el trio trasmutado en cuarteto para la ocasión, a hacerse con sus instrumentos, en la más pura filosofía lo-fi, y comenzar de una manera bastante relajada, a ofrecernos sus composiciones.
Las irreverentes, naive y a su vez nihilistas e irónicas letras eran coreadas y celebradas por los allí reunidos, iban dando forma al concierto, que solo interrumpieron para hacer lo que ellos llamaron “tequila break”, en el cual se bebieron unos sorbos del citado licor sobre el escenario, para continuar desgranando su repertorio.
“Now You Are Pregnant”, “Lisbon”,”Stay Here And Take Care Of The Chickens”, “Strange Fruit For David”, con ese pegadizo e inexplicable estribillo acerca de esculturas y mermelada, “Pea Green Coat”, y muchas otras más, puesto que los de Wymeswold estaban a gusto sobre las tablas y ofrecieron un extenso concierto. Incluso salieron tras haberlo finalizado en dos ocasiones, extendiendo el segundo de sus bises unos cuantos temas.
Lo que está claro, sobre todo después de ver cómo se desenvuelven en el escenario, es que The Wave Pictures se lo pasan estupendamente, y estarían tocando toda la noche si les dejaran. Proyectan a la perfección ese estado nihilista que uno adquiere cuando la felicidad, por causas naturales o intervención de la química, aflora por los poros de nuestra piel.
Una propuesta diferente, refrescante y altamente recomendable para el casi siempre encorsetado mundo del pop y del rock, al que parece habérsele olvidado en numerosas ocasiones que el divertimento es parte fundamental de la música.
Prometieron volver más o menos pronto. Estaremos atentos. Hagan lo propio si desean pasar un rato estupendo.
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