Cuando se llevan muchos años dedicándose a algo, ya puede ser la actividad que más te llene en la vida que llegará algún momento en que te aburras de estar haciendo siempre lo mismo. Puede ser un bache temporal o algo más permanente, pero es inevitable que algo así ocurra en algún momento.
Obviamente hay labores más proclives a que eso pase que otras, pero que levante la mano el afortunado que no se ha despertado una mañana y se ha visto superado por tener que afrontar otra jornada de más de lo mismo.
Nosotros, tras más de una década dedicándonos a sacar adelante este magazine, pasamos por períodos así continuamente. Por varias razones principalmente: la inmensa mayoría del “feedback” que nos llega es siempre negativo (la gente malgasta su tiempo para decirte lo mal que lo haces, pero raramente lo hace para felicitarte); el rock parece estar de capa caída, por lo que muchas veces uno se pregunta de qué sirve invertir tiempo, esfuerzos e incluso dinero en ayudar a que siga vivo un movimiento que languidece; y finalmente, aunque sea tal vez el aspecto más importante en la motivación de este artículo, está el hecho de que desgasta mucho tener que crear permanentemente nuevos contenidos y que no parezcan todos iguales.
Porque al final efectivamente uno tiene la sensación de estar escribiendo siempre lo mismo y sobre lo mismo. Cada nuevo disco, cada entrevista, cada concierto… cada vez resulta más difícil plasmar algo que no te suene a otra cosa que ya has escrito anteriormente, al menos en mi caso personal. Igual es que mi escaso talento es más escaso de lo que yo pensaba.
En cualquier caso por todo esto, porque estamos en verano y porque estoy hasta la coronilla de que me falten al respeto, hoy se me ha ocurrido hacer un repaso a todas esas cosas que me aburren sobre esta vilipendiada labor de la crítica musical (por cierto, nunca me he considerado ni un crítico ni alguien que sabe de música, solo un aficionado). Ahí va mi listado de cosas que me aburren:
– Los fanáticos sin criterio cuyo mayor argumento es llamarte “payaso”.
– Las personas que no responden a tus correos, ni siquiera por cortesía (lamentablemente me he convertido en una de estas).
– Los ex encargados de prensa de alguna promotora que meten la pata y se permiten el lujo de decirte que no tienen ninguna obligación moral para contigo (“arrieros somos…”).
– Las promotoras que en sus correos de información sobre las giras que organizan solo envían archivos de imagen con los carteles (te jodes y te copias tú las fechas a mano).
– Los responsables de (otras) webs de mierda que te faltan al respeto por el puto morro en las redes sociales (“arrieros somos… 2”).
– Los “colaboradores” que se ponen a escribir para otros sin tener el detalle de al menos comunicártelo.
– Los fanáticos sin criterio cuyo mayor argumento es decir que “no tienes ni pajolera/puta idea”.
– Los redactores de revistas impresas que se aprovechan de tu trabajo repetidas veces a lo largo de los años para rellenar su sección de noticias y por supuesto sin citar la fuente.
– Los grupos/responsables de promoción que te dicen que reseñes su disco, que está en Spotify.
– Los grupos/responsables de promoción que te dicen que les hagas una entrevista sin enviarte el más mínimo material promocional para prepararla.
– El grupo que nos “invitó” a ir a su concierto y a continuación añadió que “la entrada con el CD cuesta tanto“.
– Los promotores que te llaman un sábado a las 9:00 de la mañana a tu número personal para decirte que te has equivocado con las fechas de una gira; fechas que obviamente no salen del aire ni de la inventiva de servidor.
– Los promotores que te llaman un sábado a las 9:00 de la mañana a tu número personal para decirte que una mierda de web que es tu competencia directa también ha puesto mal las fechas de una gira, pero disculpándolos, claro.
– Los promotores/sellos/grupos que te escriben para mostrar su extrañeza porque no te has hecho eco de alguna información que ellos diligentemente NO te han hecho llegar.
– Los promotores/sellos/grupos que esperan que te dediques a peinar internet para hacerte eco de sus actividades porque a ellos con un post en las redes sociales les vale como promoción.
– Los fanáticos sin criterio que por leer tres párrafos mal redactados se creen que te conocen y saben “de qué palo vas”.
– Las reseñas de discos en las que se mencionan todas y cada una de las canciones y las crónicas de conciertos en las que se repasa todo el set list… ¡me abuuuurroooooo!
– La competencia desleal de aquellos que hacen reseñas de discos sin haber recibido copia/descarga promocional.
– La competencia desleal de aquellos que hacen crónicas de conciertos sin estar acreditados.
– La competencia desleal de aquellos que les siguen el juego a las promotoras y no les exigen que les envíen la información previamente para hacerse eco de ella, sino que se conforman con tener que buscarla ellos mismos en las redes sociales.
– La encargada de prensa de alguna promotora que te dice “nosotros no solemos decir a nadie cómo enfocar los artículos, peeeeeroooo…”.
– La promotora de conciertos europea que se dedica mayormente a traer mediocres grupos de rock americano y que te contrata un banner publicitario, no da señales de vida cuando le toca pagarlo y le tienes que reclamar hasta tres veces para que al final acabe pagándolo medio año después y porque amenazas con airear el asunto.
– Las faltas de ortografía.
– La tiranía de las redes sociales.
– Que la gente valore tu trabajo por lo activo/simpático que te muestres en las redes sociales.
– Que la gente valore más a redactores de webs de mierda que escriben como el culo pero que comparten muchas fotos en las redes sociales posando con miembros de grupos.
– Que “amigos” cercanos a la web compartan en las redes sociales los links de otras webs de mierda cuando tú lo has publicado antes, lo que significa que en realidad ni te leen.
– Las veces que estando acreditado tu nombre no está en la lista y te tienes que quedar en la puerta mientras la gente te mira como si te estuvieras intentando colar.
– Los fanáticos sin criterio que ponen en tu boca cosas que nunca has dicho.
– Perder la mañana y/o la tarde de los domingos preparando contenidos.
– Perder la tarde de los lunes preparando contenidos.
– Perder la tarde de los martes preparando contenidos.
– Perder la tarde de los miércoles preparando contenidos.
– Perder la tarde de los jueves preparando contenidos.
– Perder la tarde de algunos viernes y algunos sábados preparando contenidos.
– Estar permanentemente conectado al móvil y/o internet por si nos confirman a última hora esa acreditación de prensa que todavía no nos han comunicado.
– Estar permanentemente conectado al móvil y/o internet por si se muere Keith Richards.
– Los fanáticos sin criterio que no entienden que cualquier crítica es por definición una valoración subjetiva y que representa la opinión del autor, no una verdad absoluta e inamovible ni un intento directo de ataque a su persona si no coinciden con lo que se dice en ella.
– Y finalmente, aunque no por ello menos importante, me aburres TÚ.