El vilipendiado “No Rest For The Wicked” de Ozzy Osbourne pasó por ser uno de los peores álbumes de su discografía para los críticos de la época. Como ya hemos comentado en más de una ocasión, para nosotros carece tanto de sentido como de valor esa apreciación. En esa joya clásica, Ozzy aprovechó para desquitarse orgásmicamente de la agria persecución mediática a la que estaba siendo sometido por unos de los grandes adalides de la moral imperante en los Estados Unidos de aquel momento, el predicador Jimmy Swaggart. Ozzy consumó su venganza a través del tema “Miracle Man” -ya aparecido en esta sección- cuando el infame Swaggart fue sorprendido con los pantalones por las rodillas en compañía de una prostituta. De un plumazo, toda su enorme hipocresía saltó a la palestra ante la opinión pública y nuestro príncipe de las tinieblas aprovechó para asestarle el golpe de gracia que lo ridiculizaría por completo.
Si en la ocasión anterior nos centramos en ese primer clásico que abría el disco para amenizar una de las fechas de esta sección, en esta nueva nos iremos al final del larga duración para recomendar encarecidamente otra gema de incalculable valor: “Bloodbath In Paradise”, otro de los clásicos de Osbourne que habitualmente pasa desapercibido aquí en una versión en directo de 1989.