Hace unos días leía en la web de Billboard la noticia de que la empresa Base Entertainment, trabajando en colaboración con los herederos de Roy Orbison, iba a poner en marcha una gira con el holograma del inolvidable cantante de las gafas oscuras. El nombre de este tour -que se me antoja bastante apropiado- es “In Dreams” y en él la recreación de The Big O “actuará” junto a orquestas locales para recordar los éxitos del autor de “Only the Lonely”. Podéis leer la noticia completa si tenéis interés en el siguiente enlace.
No hará falta recordar que hace bien poco pasó por nuestro país la gira del holograma de Dio (alguien que asistió incluso me comentó algo así como que estuvo “de puta madre”). Y por el artículo que antes mencionábamos me he enterado de que en Estados Unidos ya existe un teatro en el que semanalmente se puede asistir a este tipo de espectáculos (previo pago de 30 dólares de nada) o que los suecos ABBA preparan su propia gira para el próximo 2019. Las cosas parecen funcionar muy bien. O al menos lo suficientemente bien como para dar beneficios, y hay que decir que este tipo de montajes no son especialmente baratos al contrario de lo que pudiera parecer.
En cierto sentido, es un fenómeno similar al de las bandas de tributo: se trata de espectáculos concebidos para explotar la nostalgia de gente de cierta edad (o para cubrir una carencia que pueda tener un fan más joven), que funcionan bien precisamente por ello, porque la gente quiere ver lo que ha idealizado de su juventud o lo que por edad no le fue posible.
Ya me he expresado en el pasado sobre este tipo de asuntos, así que no entraré aquí de nuevo en el tema, pero mi postura es bien clara al respecto: no me gustan las bandas de versiones y por supuesto no quiero ver un holograma de Johnny Thunders tocando “Born to Loose” (por supuesto que soy muy naíf, a nadie le importa Johnny Thunders hoy en día). Pero a lo que vamos: conmigo que no cuenten.
Por otro lado, soy consciente de que la gente es libre de hacer lo que le plazca con su dinero. No voy a ser yo el que dicte lo que tienen que hacer los demás. Lo que me da pena y un poquito de rabia es que gran parte de esa misma gente luego es incapaz de aflojar los cuartos por ver música o bandas de verdad. Y así nos va.
[amazon_link asins=’B003ZGM4NM,B075YPZLBL,B00IT8U7A8,B01N7KCX0D,B00BJFB5A4′ template=’ProductCarousel’ store=’rockandrollar-21′ marketplace=’ES’ link_id=’6dcc565e-01bb-11e8-9990-97bab86add51′]