A estas alturas alguien como Van Morrison está por encima del bien y del mal, así que cualquier cosa que podamos decir de este abultado “Roll With the Punches” -son un total de quince canciones a lo largo de más de 63 minutos-, en un sentido o en otro, probablemente le será indiferente a sus más acérrimos seguidores.
Con una nueva visita del León de Belfast a la vuelta de la esquina, sin embargo, no podíamos dejar de prestar atención a un disco que ya lleva algunas semanas publicado (salió a la venta a finales del pasado septiembre), pero que sin embargo guarda la misma frescura a pesar de las escuchas que hayan podido caer desde entonces.
En efecto, Morrison se apoya aquí en un gran número de versiones (la balanza se inclina del lado de las diez canciones ajenas frente a las cinco propias); cuenta además con invitados de campanillas, como Jeff Beck, Chris Farlowe, Jason Rebello, Paul Jones o Georgie Fame; pero el resultado es un disco totalmente espontáneo en el que el irlandés se pasea por el R&B, por el blues a secas o por el jazz de manera magistral y, sobre todo, totalmente creíble. Las composiciones, tanto las de otros artistas como las suyas propias, forman un todo totalmente compacto en el que es difícil distinguir quién escribió qué.
No, no hay saltos dramáticos de sonido en “Roll With the Punches” -aparte de las propias inclinaciones estilísticas de cada canción-, la banda suena engrasada y a eso precisamente… a una verdadera banda, y la sensación general es de una obra totalmente atemporal que más que cubrir el expediente será recordada en los años venideros. Incluso esa portada en blanco y negro se me antoja como perfecta para el contenido.
Un buen augurio para ese concierto del próximo martes 12 de diciembre en Madrid (ver detalles aquí).
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