El impropio comienzo de este otoño estival que baña la capital del reino parecía propiciar la asistencia a la cita que desde las antípodas nos ofrecían, a tenor de lo posteriormente visto, una de las bandas más en forma del deathcore. Estamos hablando de Thy Art Is Murder. Habiendo agotado las entradas, una apretadísima Caracol comenzaba a efervescer y a convertirse en el averno en el que CJ McMahon y los suyos transforman los lugares allá por donde pasan, cual hunos, arrasando todo lo que se halla bajo sus pies.
Con la mayor parte del público, en especial los que pueblan la franja de edad más temprana, dentro de la sala, y dispuestos a no perderse ni un ápice de lo que esa noche se ofrecía sobre las tablas, hicieron acto de presencia los primeros pobladores del escenario de la velada. Justice for the Damned, compatriotas de la banda estrella de la noche (N.del R. quizás por eso vimos más tarde a su cantante interpretando a medias un tema con Thy Art Is Murder), saltaron a un escenario que permaneció en una semipenumbra durante la media hora que duró su enérgica actuación. No pararon en ningún instante, interactuando en todo momento con el público, pidiéndoles que pusieran la Caracol patas arriba desde el minuto uno a base de circle pits, walls of death y crowdsurf, esas palabras tan del idioma de Cervantes que indican más o menos que el desfase está permitido. “Demon” o “Bearing The Crown Of Lies” fueron algunos de sus momentos más potentes. Desplegaron su particular metalcore al borde del deathcore haciendo botar y disfrutar a los allí presentes mostrando buenos mimbres.
Era el turno de Oceano. Los de la ciudad del viento, con una cuidada estética y puesta en escena, comenzaron con su descarga de deathcore. Entre los centelleos constantes de las luces que mantenían a la banda en unos claroscuros dignos del Caravaggio mas desatado, los cuatro de Oceano sonaron acerados y contundentes. Realmente es un handicap para los grupos en un concierto de estas características conseguir brillar con el poco tiempo del que se dispone, pero en la escasa media hora en la que Oceano estuvo sobre las tablas, demostraron un altísimo nivel, con un Adam Warren que se vació en escena. A destacar un “Dead Planet” enorme, así como “Viral Re-animator“ y “Human Harvest”. Esperaremos a ver que nos ofrecen en una cita en la que sean cabeza de cartel.
Los siguientes en hacer aparición eran After The Burial, que desde las ciudades gemelas, allá en los estados juntos de América, nos mostraban su deathcore con retazos djent. Muy activos en todo momento, exprimieron al máximo los tres cuartos de hora que estuvieron sobre las tablas y que abrieron con “Lost in the Static”. Comandados por Anthony Notamaso, tuvieron un sonido potente y claro que dejaba ver su calidad como instrumentistas, mientras que el torbellino formado por Notamaso en platea a base de pedir circle pits y demás zarandajas hacía que la presión que sufrían las primeras filas fuera ya bastante notable. No en balde After de Burial arrastra ya una buena cantidad de seguidores, dato que pudimos corroborar viendo como las primeras filas vociferaban al dedillo las letras de sus canciones. El nivel iba subiendo, y realmente el ambiente estaba ya perfectamente caldeado.
Para cuando After The Burial dieron por terminado su parte del espectáculo, la presión que se notaba en las primeras filas era más que evidente. Los nervios se palpaban en el ambiente y la impaciencia se iba agrandando mientras el escenario se liberaba para dejar espacio a lo que se avecinaba. Una densa niebla y un fondo rojo sangre acompañaron a Thy Art Is Murder cuando la banda, e instantes más tarde CJ MacMahon, saltaban a la arena. Y el caos se apoderó de la Caracol.
Un juego de luces empastado con los temas y una ejecución milimétrica añadían enteros a la brutal presencia escénica de la banda, por encima de la cual destacaba sobremanera la figura de MacMahon, que desde el momento en el que hizo acto de presencia catalizó todas las fuerzas que allí estaban para ofrecer un demoledor espectáculo.
También hay que destacar a Lee Stanton, que se encargó de imprimir una contundencia pasmosa detrás de los parches de su batería, sin desmerecer al resto de la banda, que también brilló durante la noche.
La violencia contenida que se encuentra en sus temas se desató cuando abrieron con “Dear Desolation”, la cual engancharon con “Slaves Beyond Death”, ambas de su más reciente trabajo, desatando las fuerzas del averno arriba y abajo del escenario. Una breve charla de CJ arengando a sus huestes, agradeciendo su entrega y soltando piropos varios a la afición de estos lares, y de nuevo a la carga. Repasaron temas de toda su carrera a excepción, curiosamente, de “The Adversary”, su primer larga duración. MacMahon “pidió permiso” a mitad del concierto a sus fieles para presentarles los temas de su “Dear Desolation” que habían intercalado en la lista de canciones de la velada, cosa curiosa cuando continuó con No Absolution, que aunque fue sencillo de avance, no fue posteriormente integrado en el citado “Dear Desolation”.
El ambiente era cada vez más denso. El estupendo juego de luces visto hizo subir enteros el espectáculo, tiñendo los temas de verdadero color sangre en bastantes instantes de la noche, haciendo ver en muchos momentos que parecieramos estar mismamente dentro de las calderas de Pedro Botero.
Así iba transcurriendo la velada, cada vez más arriba. Los de las antípodas se acercaban al final de su show, cosa que el brutal MacMahon advirtió, y con “Gates Of Misery” y “Puppet Master” dieron por concluido el cuerpo central de su set y abandonaron el escenario. Pero el público, aunque exhausto y sudoroso, quería mas, y así se lo hicieron saber, reclamando su salida de nuevo. Casi de inmediato Thy Art is Murder aparecían de nuevo para con unas apoteósicas “Holy War” y “Light Bearer”, dar por finalizado un concierto brutal, en el que los asistentes se desfondaron y disfrutaron enormemente de lo que las bandas allí presentes, especialmente y muy por encima de todas Thy Art Is Murder ofrecieron esta noche. Una noche de cinco estrellas en el averno.
Otra vez mas, los muchachos del Route Resurrection Fest habían dado en el clavo. la afluencia de publico había sido mas que la esperada. Quizás la próxima vez que Thy Art Is Murder aparezcan por aquí se tengan que desplazar a una sala de mayores dimensiones. Desde luego tras el concierto vivido, su legión de fans a buen seguro medrará entre los recovecos del averno, agazapados hasta la próxima cita.
Setlist Thy Art Is Murder
Dear Desolation
Slaves Beyond Death
The Purest Strain Of Hate
Shadow Of Eternal Sin
Violent Reckoning
Emptyness
No Absolution
Absolute Genocide
Coffin Dragger
Gates Of Misery
Puppet Master
Bis
Holy War
Light Bearer
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