Tras dieciocho meses de arduo trabajo y composición, el pasado 22 de septiembre salía a la calle el nuevo trabajo de los suecos H.E.A.T, quienes, según su propia promoción, “saltan de su zona de confort y queman una etapa para dar comienzo a otra mucho más excitante” ¿¿Mande…?? Permitan ustedes, señores promotores, que seamos nosotros, los sufridos oyentes, quienes hemos disfrutado en alguno de sus conciertos; quienes hemos machacado el completo de su discografía; quienes apreciamos tanto el trabajo con Kenny Leckremo como con su sustituto, Erik Grönwall, los que valoremos la posible virtud o maldad de ese cambio de trayectoria, que tan alegremente califican ustedes, señores promotores, de “mucho más excitante”. Evidentemente, son los músicos los que deben gozar de la libertad para decidir la línea en la que quieren desarrollar su trabajo, pero, bien lo saben, ello “tiene consecuencias que sólo el tiempo y los fans se encargarán de poner en su sitio”, como bien afirman en su hoja promocional.
Con esa presentación y atendiendo al primero de los singles del disco, “Time On Your side”, liberado en las redes como adelanto antes de la publicación del trabajo completo, efectivamente parecía que el cambio de sonoridad que aportan esas bases pregrabadas y los novedosos sonidos de teclado del siglo XXI iba a conformar un disco muy poco… apetecible, cuando menos.
Previendo, sin duda, que su apuesta es arriesgada, la estructura del disco parece estar ideada, tal y como se hacía en aquella historia del gato que se subió al árbol, para ir encajando el posible golpe poco a poco, dando tiempo para asimilar y gestionar el duelo de lo que se ha perdido. De esta forma intercalan temas como el que da inicio al Lp “Bastard of Society”, en su línea más “hard”, con productos más pop como la posterior “Redefined”, un bonito tema con el que, saliéndose de los márgenes a los que nos venían acostumbrando, consiguen los suecos crear una atmósfera con la que “redefinen” su nueva etapa. Un buen tema pop, en cualquier caso.
“Shit City”, “Best of the Broken” son otras dos de las canciones donde dan rienda suelta a su faceta más rockera que, probablemente, adquieran toda su dimensión en el directo y que amortiguan el aterrizaje forzoso sobre esos temas menos convencionales de su “nueva dirección”.
“Eye of The Storm”, por otro lado, es un ejercicio muy similar al que ya realizase Erik Grönwall con “All The Nights”, de su anterior largo, por tanto nada que nos descoloque en exceso.
Siendo justos, “Into the great Unknown” no es para nada un mal trabajo, de hecho, no rompe tanto los esquemas anteriores de H.E.A.T. como para considerarlo totalmente fuera de su órbita, a pesar de esa inclusión de sonidos que hasta ahora no formaban parte de su identidad (bases pregrabadas y sintetizadores espaciales), pero se queda corto a la hora de emocionar como lo sí lo hiciera en anterior “Tearing Down The Walls”, puesto que es menos directo y mucho más pretencioso.
Sí me gustaría hacer mención de lo que me parece “Into The Great Unknown”, el tema que da título al disco y que se encarga de cerrarlo, porque es la pieza perfecta de clasicismo rock que se encarga de insuflar los ánimos y las ganas suficientes de volver a pinchar de nuevo este último trabajo de H.E.A.T. -redondeando esa estructura “amortiguadora” a la que hacíamos referencia anteriormente-, al igual que su primer tema, el citado “Bastard of Society” se encarga de limpiar el regusto amargo que nos dejó la primera escucha del adelanto (“Time On Your Side”) y de dejarnos claro que no estamos ante un disco de HIM, con todos mis respetos – creo… -.
En cualquier caso, yo seguiré vistiendo su camiseta como si aquí no hubiese pasado nada, porque este disco me gusta. Menos, pero me gusta.
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