Está todavía reciente como quien dice el revuelo levantado por la concesion a Bob Dylan del Premio Nobel de Literatura 2016. Polémica estéril a nuestro entender, ya que se antoja improbable que los que se niegan a reconocer la categoría de arte a las letras musicales vayan alguna vez a cambiar su encorsetada opinión.
En cualquier caso la editorial Malpaso se encargó de reivindicar el legado literario del de Duluth poniendo en circulación de nuevo su catálogo impreso: “Tarántula”, “Letras completas 1962-2012” y el libro que cierra la serie, “Crónicas I. Memorias”.
Me habría abstenido de hacer mención por enésima vez al affaire Nobel… si no fuera porque he creído pertinente traerlo a colación de nuevo por una sencilla razón: puede que Dylan intentara aquí recordar parte de su pasado, pero desde luego esta obra es lo más novelesco (con uve) que nos ha regalado el trovador de Minnesota.
Efectivamente uno descubre rasgos del autor que por un lado le acercan al común de los mortales y que son sin duda importantes para el entendimiento del personaje que se ha creado alrededor de Dylan (o más para su desmitificación); pero también nos lo cuenta mediante una prosa que, a pesar de que pueda parecer sencilla, esconde un gran dominio de los tiempos y de la evocación de imágenes.
Dylan juega también a su antojo con sus recuerdos, evocando aleatoriamente etapas de su vida y moviéndose adelante y atrás en el transcurso de ella. No estamos por tanto ante la típica biografía de desarrollo lineal. Ni siquiera estamos ante unas memorias exhaustivas, porque las lagunas temporales son evidentes. Pero al acabar de leer la obra, una tiene la sensación de haber asimilado más información sobre Dylan que leyendo cualquier biografía al uso mucho más extensa.
Mi parte favorita del libro tal vez sea en la que habla de la grabación de “Oh Mercy” junto a Daniel Lanois, pero el resto no desmerece.
“Crónicas I. Memorias” de Bob Dylan está editado por Malpaso.