Tengo una horrible sensación de déjà vu, de haber escrito esta reseña varias veces, de haber charlado sobre el tema en incontables ocasiones y, aun así, me va a tocar volver a hacerlo; me va a tocar volver a comentar la obra de un grupo que, influenciado por sus ídolos musicales, confunde el homenaje con el plagio descarado y acaba, por ese motivo, convirtiéndose en una parodia curiosa que transciende más allá de un pequeño momento de gracia inicial durante la primera escucha.
En el caso que nos ocupa, los californianos Night Demon, se aprecia una pérdida de control que les lleva a firmar un trabajo que quizá convenza a los más acérrimos fans de Iron Maiden, pero que, sin lugar a dudas, se excede al plasmar la influencia de los británicos.
Es curiosa la evolución de estos tres tipos de Ventura (California). De comenzar su andadura discográfica con un E.P. (“Night Demon” 2012) claramente impregnado por una atmosfera de corte clásico perteneciente al universo Diamond Head, pasan a publicar un primer larga duración (“Curse Of The Damned” 2015) en el que, aunque ya se aprecian esas referencias maidenianas mantiene ese espíritu de clasicismo “hard ‘n’ heavy” que puede alegrarle más de una aburrida tarde a cualquier seguidor del género. Pero con este, su tercer trabajo de estudio, parecen haber encallado en un fondo de roca del que esperemos que consigan salir, porque, a decir verdad, madera y calidad de sobra sí tienen los muchachos. Aunque, el caso es que, al menos a mis oídos, se hace triste reconocer riffs de algunos inmortales temas de Iron Maiden que tanto marcaron mi adolescencia, como “Back on the Village” o “The rime of The ancient Mariner”, por citar solo un par de ejemplos. Lo repito, Night Demon han perdido el control de sus impulsos perdiéndose en un laberinto de idolatría que, en mi opinión, no les va a reportar mucho éxito.
Debería el trío centrarse en la composición de esos temas de factura “ochentera” que tan bien consiguen parir, porque lo consiguen y lo hacen bien y porque que no remiten constantemente a referencias claramente definidas. Incluso en este su último trabajo, “Darkness Remains”, encontramos canciones con esa impronta tan sugerente como “Maiden Hell” (sí, hastan en los títulos se han desbordado estos chicos) u “On your Own”, el mejor tema del disco, sin duda alguna.
Quizá sea una sensación totalmente subjetiva; quizá sus fans disfruten con su dirección artística; quizá lo suyo sea un verdadero acierto, pero yo, sin ser un experto en la vida y obra de estos tres chicos (Dustin Squires, a la batería, Brent Woodward, guitarra y Jarvis Leatherby, bajo y voz) prefiero escuchar trabajos donde las influencias, aunque reconocibles, se diluyen en el conjunto y, si son obvias, se materialicen en forma de versiones, como lo hacían Night Demon en sus dos anteriores trabajos.