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Le han llamado género “neoquinqui” y todos los grandes medios ya han asimilado el término. En este contexto, “Criando ratas” pretende renovar el género quinqui heredando el magnífico (y tan sobrevalorado como mitificado) trabajo que hicieron a finales de los 70 Eloy de la Iglesia, De la Loma o Carlos Saura. La principal diferencia entre aquel y este cine es la honradez de su director, Carlos Salado que actúa como marionetista de la función pero en ningún momento pretende hacernos caer en la empatía hacia los protagonistas ni denunciar lo corrupto del sistema como sí ocurría en “El Pico” o en “Deprisa deprisa”.

Aquí los quinquis son sórdidos, tan evitables como los que evitas en un bar un sábado por la noche, tan despreciables como los canis que se sientan sobre tu coche y tan reales como los que te invitan a fantasear con meterlos en un barco y mandarlos a Madagascar.

La cinta está grabada en Alicante, en los barrios más deprimidos y el rodaje se alargó durante seis años no exentos de problemas con la policía o ingresos en la cárcel del actor protagonista, pero con la máxima colaboración por parte de los vecinos de los barrios de Colonia Requena o Las Mil Viviendas, que son los que han nutrido el plantel de actores con un resultado más que convincente.

“Cristo” es un temido delincuente del barrio al que ninguno de los quinquis de su categoría tiene el valor de enfrentarse; pero como en todas partes hay clases, y él debe y se debe a un narcotraficante que amenaza con cortarle las manos si no ajusta su deuda en 24 horas. Bajo los efectos de todas las drogas que va consiguiendo, la narración nos lleva de la mano de Cristo en su intento desesperado y descerebrado por conseguir el dinero, donde pisará todos los diferentes aspectos ilegales del barrio -las putas, las drogas, las mafias y los chorizos-, y como en un videojuego irá pasando por las fases y se granjeará enemigos a cada paso. Es de destacar el alivio cómico del yonqui gracioso y los canis rateros que se meten en problemas constantemente.

“Encontramos un talento y un carisma de la hostia en las calles” declara el director en una entrevista sorprendido por lo que el barrio como ente proporciona a la historia. El director Carlos Salado es, además de responsable de la propia dirección, guión y montaje, quien se esconde tras la composición musical.

¿Merece la pena verla? Escaqueandose en el currelo, porque solo currar da más pereza que esto

Os dejamos la película completa disponible en YouTube:

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