Los norteamericanos Future Thieves se formaron en Nashville en octubre del año 2013, aunque ninguno de sus miembros procede de la capital de Tennessee. Justo un par de años después, en octubre de 2015, el cuarteto autoeditó su debut largo, “Horizon Line”, una obra que habían ido puliendo tras haberse curtido en directo en ese tiempo.
Con un disco ya en la calle, las buenas reseñas no tardaron en llegar, y con ellas también empezaron a aumentar su fans, cada vez más numerosos en sus conciertos. Algunos meses después y tras participar en el SXSW, en marzo de 2016, Future Thieves ofrecieron un concierto por streaming que es el que recoge “Live At Blue Rock”.
Compuesto por canciones nuevas junto a otros temas que ya habían aparecido en “Horizon Line”, el gran sonido de estos trece cortes provoca en el oyente la sensación de estar escuchando un disco de estudio. Aunque también es verdad que el álbum posee ese groove que solo las grabaciones en directo tienen. Aquí se puede escuchar a una banda compacta y perfectamente compenetrada, algo que le hace ganar enteros.
Otra cosa es ya la música en sí, una mezcla entre el indie rock y el rock americano de toda la vida, algo que a mi modo de ver no siempre acaba funcionando. Sin ser un disco fallido, “Live At Blue Rock” nos muestran a unos Future Thives que no acaban de desplegar toda su faceta rockera, que es lo que más demanda un oyente como yo.
Esto no quiere decir que no sea un disco totalmente satisfactorio para todos aquellos que pueden disfrutar del rock más mainstream de nuestros días. Al fin y al cabo y como he dicho anteriormente, al cuarteto se le nota rodado, arremetiendo contra sus composiciones de una manera que transmite una confianza aplastante a través de los surcos. Y no queda duda de que además son todos unos grandes músicos. A nada que tengan un poco de suerte podrán alcanzar algo de repercusión.