Normalmente, las nuevas bandas que reivindican el rock clásico de décadas como los 60 y los 70, realizan una revitalización del estilo que incluye influencias mucho más modernas. El caso de Stolen Rhodes, banda con sede en la ciudad norteamericana de Philadelphia, es algo diferente: si bien no podríamos calificar su música como fundamentalmente revivalista, sí que es cierto que mantienen mucho más a raya que otros grupos de la actualidad los sonidos más cercanos en el tiempo.
Hasta el momento, Stolen Rhodes han publicado cuatro referencias: los EP “From the Dark Side of 88” (2009) y “Slow Horse” (2015), y dos largos, “Falling Off the Edge” (2011) y este que nos ocupa, “Bend With the Wind”. Gracias a ellos han participado en eventos como SXSW, Sturgis, Daytona Bike Week, Rocklahoma o el Simple Man Cruise, y actuado junto a nombres como Molly Hatchet, Blackfoot, Blackberry Smoke, Gov’t Mule, the Marshall Tucker Band, Lynyrd Skynyrd o Drivin’ N Cryin’. Para el próximo 2017 se espera su primera gira europea, que debería acercarles también a nuestro país.
A Stolen Rhodes se les encuandra entre el Southern Rock y el Americana, y entre sus influencias se citan desde Allman Brothers Band a Bruce Springsteen (algunos de los miembros del grupo proceden de New Jersey ¡e incluso se atreven a cerrar el disco con una muy meritoria versión de “Rosalita”!), pasando también por otros más contemporáneos como Pearl Jam. Y aunque ciertamente se perciban detalles que recuerdan a estos y otros nombres en su música, el mérito del grupo es haber sabido crear un sonido que no remite en exceso a ninguno de sus héroes. Como menciona el multi instrumentista y vocalista del grupo, Matt Pillion, lo suyo es como música folk con un acercamiento eléctrico. Y escuchando temas como “Preacherman” la definición parece totalmente acertada.
“Bend With the Wind” fue grabado el pasado enero en los Dylanava Studios de Philadelphia junto al productor David Ivory (Halestorm, The Roots, Silvertide), y la masterización corió a cargo del conocido Ted Jensen (The Eagles, John Mayer, AC/DC). En él encontramos diez canciones, aunque una es la citada versión de “Rosalita” y otras dos figuran como bonus tracks, extraídas de una sesión en una cabaña y registradas en formato acústico con una grabadora antigua: “Makin’ Money” y “So Long”.
Un par de los ases bajo la manga de Stolen Rhodes son los que guarda el citado Pillion, poseedor de una gran voz y un registro poco común para este tipo de bandas, cercano por momentos a un Paul Rodgers por ejemplo (escucha “Save Me” y dime si su interpretación no está llena de emoción); además, en algunos temas vemos la aportación del saxo, uno de esos instrumentos poco explotados en la música rock. Esto dota al conjunto de una variedad que no poseen otros grupos en la actualidad, y desde luego hace que su música gane enteros.
Dicho esto, con ello no quiero decir que sus composiciones no estén a la altura. Todo lo contrario: el conjunto se sustenta en unas canciones bien sólidas que además de los adornos que hemos mencionado cuentan por ejemplo con unos solos que personalmente me parecen que encajan perfectamente. Todo ello hace de “Bend With the Wind” un álbum altamente disfrutable.