Aunque la ciudad de Seattle normalmente nos sugiera otro tipo de sonoridades -en realidad no tengo muy claro el porqué: además de cuna del grunge, artistas tan diferentes como Jimi Hendrix, Queensrÿche o Heart son también oriundos de la capital del estado de Washington-, Vaudeville Etiquette se decantan por un sonido puramente americano; ese sonido que, probablemente con una alta dosis de desconocimiento, normalmente algunos asociamos más a los estados sureños y que conjuga la música de raíces con el rock tradicional o el country.
En cualquier caso, “Aura Vista Motel” es el título de su segundo trabajo de estudio, bautizado así por ser el lugar donde la banda se reúne para trabajar sus composiciones; un lugar venido a menos que un día fue hogar de moteros y beatnicks y que hoy en día dicen rodeado de violencia, drogas, prostitución… y su música. El quinteto, encabezado por los vocalistas Bradley Laina (también se encarga de la guitarra) y Tayler Lynn y que completan Matt Teske a la pedal steel y mandolina, Robin Croen al bajo y Bryce Gourley a la batería, contó para la producción del disco con Shawn Simmons (Brad, SUNN O))), The Head and The Heart).
El resultado es un disco “breve” (once canciones en 41 minutos), de cierta tonalidad oscura pero no ceniza, en la que Vaudeville Etiquette nos pueden recordar tanto a grandes compositores americanos como Springsteen o Mellencamp, como también a los momentos más introspectivos de Drive-By Truckers o incluso más vagamente a Allman Brothers. Los juegos vocales entre Bradley Laina y Tayler Lynn, con ese contraste entre voz masculina y voz femenina, sin duda ayudan a realzar la belleza de estas canciones empapadas en la tradición musical norteamericana. Unas composiciones que, por otra parte, resultan bastante inspiradas en general. Citaría “Till the Wheels Unwind” o “Tipping Point” como mis preferidas, pero realmente todo el disco se encuentra a un nivel similar.