Desde luego no puede decirse que la Adam Eckersley Band se coma mucho la cabeza con los títulos de sus discos: a su debut largo, el apropidamente titulado “The First Album” (2014), le sucede ahora el no menos descriptivo “The Second Album”. Pero lo que sí resulta soprendente de esta banda es su procedencia, porque al escucharlos uno podría pensar que estamos ante un grupo que se ha curtido a base de patear garitos de Nashville o cualquier otra ciudad sureña con una potente escena musical. Sin embargo, el grupo que lidera Adam Eckersley y que completan el bajista Scotty Greenaway, el batería Benny Elliot, “Arizona” Dan Biederman a los teclados, Hammond y Wurlitzer y Duncan Toombs como última incorporación a la guitarra y banjo procede en realidad de la región australiana de Nueva Gales del Sur.
Eckersley formó la banda en el año 2010, tras algunos años dedicado a la música profesionalmente y después de haber actuado junto algunos de los mejores guitarristas de su país, lo que le valió algunos reconocimientos en forma de galardones y le llevó a ser guitarrista de gira junto a The McClymonts, trío femenino de country con cierta relevancia en su país. Esto a su vez facilitó su fichaje por un sello grande como es Universal, que es el que ha editado sus dos largos.
Para “The Second Album”, la Adam Eckersley Band ha contado con la producción de Nick DiDia, ingeniero que ha trabajado con nombres como Bruce Springsteen, Kasey Chambers o Powderfinger. Grabado con la banda interpretando junta en directo, el nuevo álbum capta el crecimiento de la Adam Eckersley Band tras pasarse un año de gira con su primer trabajo. Según cuenta el propio Adam, al final de la gira la banda comenzó a interpretar las canciones de una manera más libre, dejándose llevar por la improvisación. Y eso es precisamente lo que querían hacer con el nuevo trabajo, capturar al grupo interpretando estas once composiciones sin cortapisas.
Pero que nadie se asuste, no estamos ante un álbum de largas jams, aunque también hay de eso y musicalmente podemos encontrar puntos en común con The Allman Brothers Band, por ejemplo (en la inicial “Live On” es donde probablemente se puede ver más claramente su influencia; es sin embargo “Took That Woman”, la excelente canción que cierra el disco, la más larga de todas, superando los siete minutos). Podemos decir que aunque partiendo de un sonido sureño, Adam Eckersley y sus chicos están más enfocados hacia el country, más en la línea de unos The Marshall Tucker Band por citar un nombre. Y en esa vertiente, es imposible resistirse a la belleza de temas como “Wheels”, la reinterpretación del clásico “Comes A Time” de Neil Young con sus arreglos orquestales o la delicadeza casi acústica de “Devil’s Lullaby”.
Pero el quinteto también sabe cuándo dar caña al asunto, como en “Mocha”, donde me recuerdan a Lynyrd Skynyrd tratándo de rendir pleitesía a JJ Cale, o en esa declaración de intenciones que parece “Talk About Love”. La ya citada “Took That Woman” da carpetazo al disco, pero dejando al oyente con ganas de volver a pulsar el botón de “play”. Muy recomendables.