Sábado 5 de dicembre; Día 3
Sala Urban Place; Xinzo de Limia (Orense)
Despierto en la habitación del hotel en Bilbao junto con Joss y Natxolas. El resto de la banda y Jose, nuestro roadie, duermen en otra. Hace buen día, mucho sol y hemos descansado bien.
Natxolas nos cuenta cómo fue su noche de Dj en La Nube. Trabajo duro el de Dj de rock and roll, hay que tragar y aguantar las ganas de lanzar alguna mala contestación ante los comentarios y peticiones de clientes beodos y sin más cultura musical que haber oído de lejos “Smells Like Teen Spirit” o “Nothing Else Matters”.
Ducha, recoger mochilas y listos para hacer el checkout. Nos despedimos de Natxolas que se queda en Bilbao. Nos espera un viaje de unas cuantas horas hasta Galicia así que decidimos salir directamente sin desayunar y parar en alguna estación de servicio de camino a tomar un café. Misión imposible; tras un par de intentos nada más salir de Bilbao no encontramos ningún sitio decente a pie de autopista… se acerca la hora de comer y preferimos continuar.
Guillermo y Jorge buscan un pueblo en el que parar a comer; son aficionados a buscar nombres curiosos y variopintos. Sugieren hacer un alto en Melgar de Fernamental, provincia de Burgos. Jorge nos recuerda que los Ramones tocaron en una sala de ese pueblo en el 91 y en el 93, así que hacemos nuestro pequeño peregrinaje hasta allí y comemos en un hostal.
Nuestro roadie es vegetariano y eso es algo que cuesta mucho de entender para algunos lugareños de mediana edad de la Castilla profunda como era el caso de nuestra camarera. Todo amabilidad y gentileza, pero le cuesta comprender que el jamón o el atún son proteína animal. Al final conseguimos superar esa barrera y todos disfrutamos de un buen menú.
Volvemos a la carretera hasta llegar hasta la sala de Xinzo de Limia en Orense. Está bien equipada y no hay columnas delante del escenario, todo un lujo. Compartimos escenario con una banda local, Second Chance. Chicos bastante jóvenes; nos ofrecen utilizar su máquina de humo que amablemente rechazamos. Prueba de sonido rápida y a esperar hasta la hora del concierto cenando en una pizzería local y disfrutando por primera vez en la gira del famoso licor café gallego.
Al volver a la sala vemos que la cosa no pinta bien, apenas un puñado de personas y Javier, el promotor. Sabíamos que esto podía pasar, así que no desesperamos. Con toda la tranquilidad del mundo avisamos al respetable de que vamos a tocar hasta que nos echen. Que sean pocos no quiere decir que merezcan menos; así que nos pegamos algo más de dos horas y cuarto sobre las tablas haciendo uno de los mejores bolos de la gira y metiendo en el repertorio otra canción nueva. Al bajar del escenario, nos mezclamos con gente del publico y tomamos unas cervezas compartiendo conversaciones sobre nuestros grupos favoritos e incluso conocemos a un luthier que fabrica guitarras preciosas.
La noche se alarga, y llegamos a la pensión sobre las 5 de la mañana mientras disfrutamos en la furgoneta de los mejores momentos de Martes y Trece gracias a la tecnología móvil.
Caemos en la cama como moscas, pero como moscas que roncan mucho. Sinfonía en mi bemol que durará hasta el amanecer.
Leer la primera parte de The Kleejoss Band: Diario de una gira aquí.
Leer la segunda parte de The Kleejoss Band: Diario de una gira aquí.
Leer la cuarta parte de The Kleejoss Band: Diario de una gira aquí.
Leer la quinta parte de The Kleejoss Band: Diario de una gira aquí.
Leer la sexta parte de The Kleejoss Band: Diario de una gira aquí.
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