“Las letras de este disco son las más personales que he escrito nunca”
Cuando cayó en mis manos “There Is No Death” y lo escuché por primera vez, supe inmediatamente que me encontraba frente a un disco especial. Lejos de etiquetas o de límites estilísticos, lo que uno puede encontrar es un disco que simplemente despierta las sensaciones del oyente. Detrás de este proyecto llamado Vlack se encuentra Marc Teichenné, que después de Rippers y de Tesseire y con el recuerdo de su hermano muy presente, el tristemente desaparecido David Teichenné, ha dado forma prácticamente en solitario a un álbum oscuro y asfixiante, pero que de alguna manera acaba resultando esperanzador. Una obra que ahora que se acerca el final de año, debería figurar como uno de los mejores álbumes de los últimos 365 días en cualquier lista que se precie.
– Me gustaría lo primero de todo felicitarte por el disco, me he quedado impresionado. Ya sé que para un músico casi siempre su mejor disco es el último, pero ¿qué opinas tú de “There Is No Death”?
– Muchas gracias. Para compararlo con los otros discos necesitaría perspectiva… Estoy muy contento con cómo ha quedado. De todos los que he grabado, sí que es en el disco dónde han salido emociones de un sitio más profundo… con una intensidad extrema.
– No me gustaría incomodarte con este tipo de preguntas, así que procuraré ser breve. ¿Qué hay de tu hermano David en Vlack y cuánto ha marcado su desaparición las composiciones de “There Is No Death”?
– Él siempre me acompaña en todas partes, y está en todas las partes de éste disco de un modo u otro. También en la portada, en la foto que tomó Ana (la mujer de Manel Lucio). El disco refleja lo vivido, cómo la vida se ha arrancado, el camino atravesado, y cosas que
debían salir de algún modo, que debían explotar hacia fuera para evitar volverme loco del todo. Las letras son las más personales que he escrito nunca, las que más he escrito desde mí y no desde otro. Si hay continuación, espero que más letras vuelvan a ser escritas desde el punto de vista de una tercera persona.
– El título del disco me da también la impresión de que tiene relación con él, ¿es así?
– Así debe ser. Cuando volví a ver esa foto en la que David conduce y yo voy a su lado y la escogí cómo portada, esa frase vino a mí y me golpeó, ya lo tenía. Lo increíble de la foto es que salió así, no hay retoque alguno.
– Tengo una curiosidad. El que el nombre de la banda sea Vlack, con V en lugar de B, ¿tiene algún significado que se me escapa?
– Tampoco está pensado realmente, simplemente después de una noche sin dormir estaba con mi libreta en la mesa del comedor de casa escribiendo letras y posibles nombres, haciendo juegos con letras mayúsculas. Al escribir éste me pareció algo muy poderoso visualmente, ambiguo y que de algún modo conectaba con esta música.
– Hablando ya del disco en sí, parece que el cambio entre Tesseire, tu anterior proyecto, y Vlack es cuando menos bastante notable, porque si no tengo mal entendido allí las letras eran en occitano. ¿Qué te motivó a hacer un disco como aquel y por qué has vuelto ahora al inglés?
– Tesseire no era la continuación de Rippers sino que era un proyecto paralelo más personal, con canciones más tipo cantautor. Detrás de Tesseire está el conectar con un mundo perdido, con un mundo imaginado, antiguo, contando historias en una lengua que era la de una parte de mi familia que nunca conocimos. El interés por esta lengua en agonía, que aún es hablada básicamente por gente mayor en zonas rurales y aisladas del sur de Francia (aparte de en algunos valles de Italia y en el Valle de Arán cómo dialecto Gascón) ya me venía de antes, habiéndola estudiado en el CAOC (Centre d’Agermanament Occitano-Català) de Barcelona. Tesseire sigue. Vlack, en cambio, son temas que hubiera destinado a Rippers, o sea que en esencia es su continuación. Por otra parte, una vez disueltos Rippers, ya decidí llevar el proyecto en solitario adelante de este modo.
– ¿Y qué nos puedes contar del proceso de composición? ¿Lo enfocaste de alguna manera especial?
– Normalmente compongo en el mini estudio que tengo en una habitación en casa y que me montó David, y aunque no sea así, luego siempre grabo los temas en él para trabajarlos, poner los distintos instrumentos (primero guitarra y voz, luego otra guitarra y al final bajo), probar cosas distintas, diferentes partes, arreglos… Muchas noches me encerré allí sólo totalmente inmerso dentro de los temas, noches que se convertían en días y que no permiten al disco superar ninguna prueba antidoping. No hay ningún enfoque, los temas vienen cuando no lo esperas, aunque normalmente y con los mejores, antes notas una electricidad o energía especial, que indica que algo está a punto de explotar.
Más adelante contacté a Narcís, que era mi primera opción a la batería, y empezamos los ensayos en l’Arboç, con él imprimiendo gran fuerza y sentimiento a la batería. En algun tema llevaba mp3 con guitarras extra, para poderlo tocar plenamente.
– Lo grabaste en un puñado de días entre los meses de febrero y marzo con Santi García (Ultramarinos Costa Brava). ¿Qué tal fue la grabación?
– Primero grabamos la batería en Cal Pau Recordings (el estudio que montó David junto a Fermí de Biscuit en la masía de éste), en un solo día (Narcís se salió) y luego subí con Santi a Sant Feliu, dónde estuve con él cinco días grabando el resto en Ultramarinos Costa Brava. Fueron unos días muy intensos, mágicos.
– Grabaste tanto voces, como guitarra y bajo en el disco, pero creo que en breve vas a presentar el disco en directo. ¿Qué banda te va a acompañar?
– La banda para el directo la completan Rubén Martínez (guitarra) y Joan Robert (bajo), los dos de Vilanova, quienes aportan su alma para hacerlo posible.
– El disco dura poco más de media hora, ¿tocarás también material de algún proyecto anterior?
– Para éstos hemos tocado un par de temas de Rippers.
– ¿Y qué más planes tienes a corto plazo? ¿Podemos esperar una gira más amplia?
– Hemos dado tres conciertos y ha sido muy potente, pero ya veremos. No hay camino. Haré, haremos el camino al andar, aunque la posibilidad de quedarse tetrapléjico y no moverse siempre está ahí.
– Estamos acabando ya, ¿te gustaría decirles algo a nuestros lectores?
– Simplemente desearles que acaben de pasar un feliz día.
– ¡Muchísimas gracias!
– ¡A vosotros!