Este pasado fin de semana ha marcado un doble aniversario para Jane’s Addiction. Por un lado, el debut en estudio de la banda, “Nothing’s Shocking”, se lanzaba un 23 de agosto de 1988, con lo que ayer domingo cumplía 27 años; casi exactamente dos años después, el 21 de agosto de 1990, salía al mercado “Ritual de lo Habitual”, hace ahora 25 años justos.
La importancia relativa de cada uno de estos discos dependerá de cada oyente, aunque sí es cierto que “Nothing’s Shocking” está más ampliamente considerado como la obra definitiva de Jane’s Addiction. Sin embargo, el aniversario es más redondo este año para “Ritual de lo Habitual”, lo que ya por sí solo motiva que centremos este artículo en él.
Obviamente, hay muchas más razones para hablar de “Ritual de lo Habitual”. Al margen de su valor musical, que lo tiene y mucho, estamos ante una de esas obras que, si prestamos atención, acaban siendo la crónica de una muerte anunciada. Las tensiones internas siempre habían sido el motor de una banda que parecía estar constantemente al borde del colapso, pero para comienzos de 1991, en plena gira europea de presentación del disco, Perry Farrell y Eric Avery ni siquiera se hablaban. De hecho y según una entrevista de la época, llevaban un par de años sin hacerlo. Todos sabemos cómo acabaría finalmente aquello, con unos Jane’s partidos inicialmente en dos bandos (Farrell y Stephen Perkins formarían Porno For Pyros por un lado, mientras que Dave Navarro y Avery harían lo propio con Deconstruction, banda que solo llegaría a editar un único álbum).
A pesar de todos esos problemas internos, lo cierto es que “Ritual de lo Habitual” consiguió una importante repercusión comercial. Y aquí fijaría yo otro de los elementos que le confieren importancia, porque si un año después los éxitos de obras como “Nevermind”, “Ten” o “Blood Sugar Sex Magik” dieron inicio a lo que se bautizaría más tarde como la era alternativa, es probable que sin la presencia en las listas de “Ritual de lo Habitual” las cosas hubieran sido un poco distintas. El trabajo underground que durante la década anterior habían llevado a cabo bandas como las que recoge Michael Azerrad en “Nuestro grupo podría ser tu vida” fue sin duda clave para la construcción de toda una escena, pero la irrupción en el mainstream de un grupo como Jane’s Addiction y el impacto que tuvieron sus video clips fueron la prueba de que había interés en otros conceptos musicales (aunque la industria acabaría desvirtuando también todo este movimiento, convirtiéndolo en otra serie más de productos derivativos que funcionaron mientras duraba el apoyo de las revistas de moda).
Menos importante tal vez pero igualmente impactante sería la portada del álbum, hasta tal punto de que varias cadenas de tiendas se negaron a comercializar el disco. Warner Brothers, el sello que se había llevado el gato al agua unos años antes en la dura pugna que varias discográficas libraron por hacerse con Jane’s Addiction, se vio obligado a cambiar el artwork original por una portada en la que solo figuraban el nombre y el título junto con el texto de la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos (la que habla de la libertad de expresión). De alguna manera, Jane’s Addiction conseguían así enseñar el dedo corazón a la mojigatería corporativa.
Coincidiendo con este aniversario, Dave Navarro y Perry Farrell han hablado con Rolling Stone acerca del disco y sus canciones (incluyendo un repaso tema por tema), así que mejor que hacerlo yo mismo os recomiendo que leáis lo que sus autores tienen que decir sobre esta obra clave.