‘Metales pesados’ de Tryno Maldonado

3.7/5 - (36 votos)

México, 2014
204 pgs.
Relatos

Me había mordisqueado los labios por dentro y me sangraban. Miré por la ventanilla. Una boca inmensa devoraba el mundo más allá de la extensión delimitada por las franjas luminosas de la carretera y los apriscos, un océano de negrura cuyo magnetismo arrastraba a su centro tanto a los seres vivos como a los inanimados igual que haría un océano con las embarcaciones y sus tripulantes en un naufragio. El desierto no era muy distinto al mar profundo, pensé . Una noche dentro de otra. Más oscura y aterradora la primera que la segunda.

“Metales pesados” es el último trabajo de Tryno Maldonado (Zacatecas, 1977). Se trata de un volumen compuesto por cinco relatos de extensión considerable en el que satisface las demandas del público moderno: sexo, drogas, violencia, carreteras polvorientas, humor…

México se convirtió para mí en una especie de mundo mitológico desde que, hace algún lustro, leyera una de mis novelas favoritas de todos los tiempos, Pedro Páramo. Una vez estuve allí. En realidad sólo pisé Tijuana y no pasé más que un memorable día en la ciudad. La Santa Muerte, la Virgen de Guadalupe, decenas muertos en un solo día, el tequila, la policía acordonando la calle -una de las perpendiculares a la Avenida de la Revolución- mientras liábamos un porro de marihuana… pensándolo bien, mi única y fugaz visita a México confirmó esa mitología.

Por otro lado, la lectura de “Metales Pesados”, es también exótica por la lengua, por la oportunidad de leer una obra en otra variante, picante y sabrosa, de tu propio idioma, con tantas palabras nuevas y desconocidas pero sin salir, sin embargo, del mismo código. Hasta que llega un momento en el que dudas si todo ese exotismo procede del lenguaje mismo o del mundo que relata.

Entrando en materia, comentaré que es el primer trabajo del autor que conozco, quería leer antes su novela, “Temporada de caza para el león negro” (2009), pero por capricho del destino este ha caído este ha caído antes en mis manos. Su estilo me ha sorprendido gratamente, cuenta con un lenguaje moderno y de altos vuelos literarios y una forma casi cinematográfica de estructurar el relato, manejando flashbacks y flashforwards con naturalidad y, sobre todo, con sentido.

Los personajes están bien construidos, tanto cuando se trata de personajes épicos y ciertamente estereotípicos como los de “Llanuras salvajes donde corran los caballos” como cuando presenta otros más cercanos como en “Fuckin’ Basterd”. La temática es variada y abarca desde el México profundo hasta ambientes más modernos y cosmopolitas pasando por el mundo del hampa. Combina, por otra parte, las necesarias dosis de humor con un tono más profundo y serio en los momentos en los que se respira una mayor intensidad dramática. Magistral el relato que da título al libro, con un inolvidable protagonista que se juega la vida intentando salir airoso de una historia difícil en unas páginas finales de infarto.

Comentarios

Comentarios