Al comienzo de esta misma semana laboral, la histórica publicación británica NME ha anunciado un cambio sustancial en su política de distribución, ya que a partir del mes de septiembre pasará a ser una revista gratuita. El buque insignia de la prensa musical británica además ha adelantado un cambio en sus contenidos: además de música, el magazine amplía sus contenidos y prestará también atención a otros campos como la moda, la TV y el cine, la política, los videojuegos y la tecnología.
Se trata del cambio más ambicioso de NME en sus 63 años de existencia, una publicación que cuenta con una potente y cuidada página web desde el año 1996, parte de su negocio que contará con una especial atención a partir de ahora, pero que aún así seguirá imprimiendo 300.000 ejemplares cuando comience su nueva etapa tras el verano.
No creo además que sea necesario recordar la enorme influencia de NME en su país para ponderar la trascendencia que un hecho como este pueda tener. No estamos hablando de un semanario cualquiera, y tal vez esto marque una tendencia a medio plazo, aunque es un poco pronto todavía para hacer predicciones de futuro. Lo que sí que está claro es que un cambio así no se decide de la noche a la mañana, y además de meditado, los responsables de la revista lo habrán encontrado rentable de alguna manera.
¿Y mientras que ocurre en España? En este país, como casi siempre, estamos a años luz al respecto de estas cuestiones. Recordemos que hace algunas semanas la errática edición española de Rolling Stone anunció su despedida, dejando patente que su modelo de negocio es, al menos a día de hoy, insostenible: demasiado mainstream para el público rockero y probablemente no muy comprendida por el resto.
Puede efectivamente que nuestras publicaciones musicales tradicionales más especializadas simplemente estén aguantando el tirón, aunque su tradicional secretismo respecto a tiradas y cifras de ventas nos obliga a especular. Pero lo que sí está claro que hasta tiempos muy recientes, no han visto su extensión por la world wide web como una parte fundamental de una publicación que quiera seguir existiendo. Y ni por esas hemos llegado al desarrollo de los sitios propios que sí llevamos años viendo en las cabeceras internacionales más importantes.
Como en todo hay excepciones, y aquí vimos como, desde muy temprano, un medio como Mondo Sonoro le concedía una especial importancia a su página web. Curiosamente además se trata de una publicación gratuita. A pesar de no comulgar demasiado con sus contenidos, hay que reconocer que entendieron desde el primer momento los nuevos tiempos y supieron adaptarse y sacar partido de ellos.
Por otro lado, acabamos de asistir también al nacimiento de una nueva revista impresa, Rock Duro, que viene de la mano de los editores de This Is Rock y This Is Metal, lo que parece indicar que tal vez no sean tan malos tiempos para las publicacione stradicionales en papel.
¿Adónde quiero llegar con todo esto? No puedo proponer una sesuda teoría, simplemente porque no la tengo. Lo que sí que creo es que hay una estrecha relación -o tal vez sea solo un reflejo- entre la salud actual de la música rock en nuestro país y la falta de una red de medios especializados realmente potentes y que no se limiten a la mera subsistencia. Y aquí me refiero a medios impresos -con o sin extensión en la www- y a los puramente digitales, un modelo también de difícil sostenimiento, por cierto. Pero cuando veas las barbas de tu vecino cortar…