La de Little Caesar es otra de esas historias tan comunes en la historia del rock: la típica banda que podía haber sido más grande de lo que fue, pero que por una u otra razón (o, más probablemente, por el alineamiento de varios factores) no tuvo la suerte de romper en las listas y llegar a grandes audiencias. Y todo eso a pesar de contar con el apoyo del sello más puntero del momento (Geffen), de haber trabajado en su debut con uno de los productores más reputados del hard rock en aquellos momentos (Bob Rock) o de tener como A&R al mítico John Kalodner (: John Kalodner).
Lo cierto es que Little Caesar llegaron a la escena cuando empezaba a vislumbrarse el ocaso del hard rock de los 80, algo que tuvo, como no podía ser de otra manera por otra parte, una influencia capital en el devenir de su carrera. Y eso que lo suyo poco tenía que ver con los enormes cardados hasta el techo, las imposibles y deslumbrantes vestimentas repletas de brillos o el metal bubblegum de tercera división más preocupado por los estribillos facilones y los hits para futuras bandas sonoras que por hacer verdadera música.
Justamente al contrario: el de Little Caesar era un rock que venía más de la escuela callejera de los 70 y de AC/DC que de los reflejos y la exageración del glam. Aún así, a principios de los 90, con excitantes lanzamientos casi cada semana dentro de lo que se vendió desde el establishment discográfico como “rock alternativo”, la audiencia no tenía ya el tiempo de distinguir el grano de la paja, y Little Caesar pasaron a ser vistos como otro de esos anacrónicos grupos anclados en una era que para 1994 parecía ya muy lejana. Parecía también que la historia engulliría el nombre de Little Caesar para siempre… o hasta que surgiera una coyuntura más favorable.
Por suerte para todos los que amamos aquella época tanto o más que muchas otras en la historia de la música, algunos años después Little Caesar volvieron a la palestra con el incombustible Ron Young al frente, demostrando que el rock, cuando es bueno, es también atemporal. La banda desde entonces no se ha limitado a ser un mero acto nostálgico, sino que también ha lanzado nuevos trabajos e incluso ha visitado nuestro país con cierta frecuencia en los últimos tiempos. De hecho hoy mismo comienza su nueva gira por nuestro país (si no contamos la fecha que ya ofrecieron el pasado fin de semana en El Puerto de Santa María dentro del Harley Davidson HOG Weekend). Son una serie de siete imprescindibles fechas las que tienen por delante estos verdaderos supervivientes del hard rock, comenzando esta misma noche como decimos en la Sala López de Zaragoza, las siguientes:
26 de junio de 2015: Zaragoza, Sala López
27 de junio de 2015: Avilés, Centro Niemeyer
28 de junio de 2015: Cangas, Salason
30 de junio de 2015: Madrid, La Boîte Live
1 de julio de 2015: Estepona, Louie Louie
2 de julio de 2015: Murcia, Sala Garaje Beat Club
4 de julio de 2015: Barcelona, Razz3