El próximo mes de septiembre, precediendo en un mes al inicio de la que será su nueva gira europea, los australianos The Widowbirds lanzarán “Black Into the Blue”, su tercer disco largo y cuarta referencia discográfica en total desde que se formaran allá por el año 2010.
En esta ocasión, la banda que encabezan el vocalista Simon Meli y el guitarrista Tony Kvesic, compositores principales del quinteto, entró en el estudio a principios de año para registrar estas diez canciones que nuevamente resultan una pequeña vuelta de tuerca en su sonido. Porque si entre el inicial “Shenandoah” y su segundo álbum “Heart’s Needle”, la banda pasó de un rock mayoritariamente acústico y con ciertos toques soul a uno más eléctrico -aunque manteniendo en su sonido las referencias a Led Zeppelin presentes desde sus inicios-, en “Black Into the Blue” la banda parece haber dado un paso más consiguiendo tal vez la fusión perfecta entre ambas vertientes.
Y no es que aquí nos encontremos con temas de marcado carácter “campestre” como en “Shenandoah” ni tampoco temas especialmente trepidantes como en “Heart’s Needle” (de hecho, la banda parece haber rebajado en general un poco las revoluciones). Incluso han dejado un poco atrás el sonido zeppelin, que aunque sigue presente es bastante más sutil que en anteriores entregas, introduciendo nuevas coordenadas que los acercan incluso a la psicodelia sesentera, por ejemplo.
Pero que nadie se lleve una impresión equivocada. Para “Black Into the Blue” The Widowbirds no han variado drásticamente su sonido, sino que lo han enriquecido un poco más. Tal vez falten algunos riffs más potentes en esta ocasión y, precisamente por ello, este disco sea de digestión más lenta, pero canciones como “The Rain Has Come”, “Sweet Trouble” o “Dream Catcher” encajarán perfectamente dentro de su repertorio de directo.