BabyMetal – ‘BabyMetal’ (Ear Music 2015)

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Receta para el perfecto potaje japonés (AKA BabyMetal):

INGREDIENTES:

-Tres adolescentes japonesas puro estilo Kawaii (Suzuka Nakamoto, Yui Mizuno y Moa Kikuchi o dicho de otra forma, SuMetal, YuiMetal y MoaMetal)

– Cuatro virtuosos músicos como banda de apoyo (importante que sean alta concentración metálica)

-Estilos musicales varios: j-pop, metal épico, power metal, death metal, todos los metal que se te puedan ocurrir… y pequeñas cantidades de otras sonoridades al gusto.

MODO DE PREPARACIÓN:

Es importante dejar bien claro desde el inicio de la elaboración del plato que su consumo no está destinado para todos los paladares. Para ello, se comenzará mezclando la banda de apoyo, en adelante Kami Band, en imponente modo death metalero (guturales incluidos) con pequeñas dosis de las tres adolescentes voces femeninas. Al resultado de esta primera fase lo llamaremos “BabyMetal Death”, esencia principal del resto de la manduca.

A partir de este momento, añadiremos en dosis controladas el resto de estilismos musicales con el objetivo principal de que la base de todo el conjunto nos quede bien consistente, dura, muy metálica (léase thrash, death, power, etc, etc…) Esto hará que soporte bien el segundo ingrediente principal que extenderemos sobre ella en grandes dosis: el j-pop (o tecno pop japonés ) y las pequeñas pizcas de otro tipo de músicas varias que darán las notas de color a la mezcla (reggae, hip hop, hard core mainstream…). Estas últimas nunca en conjución en la misma fase de la preparación.

Si realizamos la mezcla en el correcto orden y con las cantidades marcadas en la receta, debería salirnos del horno la perfecta definición de lo que en Japón se ha dado en llamar Kawaii Metal. En el caso que nos ocupa, el producto se llama BabyMetal.

¡¡Vaya tela!!

Obviaremos la explicación fantástica de cómo el Fox God encargó a Sumetal, Yuimetal y Moametal la encomiable tarea de crear la Metal Resistance para salvar el mundo heavy de las garras del gran poder, que quiere acabar con él, e intentaremos centrarnos en la realidad de este fenómeno salido del país del sol naciente.

La palabra kawaii en japonés significa algo así como tierno o lindo. Ese concepto, en origen aplicado a cierto tipo de manga, se extrapola posteriormente a buena parte de la subcultura japonesa moderna calando en campos como la moda (vestimentas, maquillajes…) o la música, creando una forma muy peculiar de pensar, obrar y entender la vida.

Sobre la base de esta filosofía kawaii se mueve el exitoso grupo de j-pop Sakura Gaukin, compuesto por colegialas que, al parecer, son jubiladas del combo cuando se gradúan de la escuela primaria. Sí. Tal y como lees.

Por este trance se vio obligada a pasar Suzuka Nakamoto en el año 2010 quien, lejos de unirse a las interminables listas de jubilados nipones, se vió inmersa en el nacimiento de un subgrupo asociado, BabyMetal.

A partir de ese momento y con la compañía de sus dos pequeñas compañeras, unidas ya las tres a Kami Band, el grupo va creciendo no sólo en Japón, donde consiguieron llevar diez de sus singles a la lista Oricón (especie de 40 principales nipón) sino también por el resto del mundo, llegando a acompañar a la mismísima Lady Gaga en gira americana atendiendo a la invitación de la propia diva; actuando como cabezas de cartel en New York o participando en el Sonisphere británico (es impagable ver a un público bien talludito disfrutar haciendo wall of death durante su actuación en este festival). Al parecer, incluso hasta Kirk Hammett y Slash han alabado al grupo en diversos medios (desde luego, las fotos de las tres niñas con Kirk se pueden encontrar en la red) y en su bonus track “Road of resistance”, colaboran Herman Li y Sam Totman del grupo británico Dragon Force.

Es en este 2015 cuando Ear Music decide recopilar todos sus éxitos y lanzarlos al mundo occidental bajo el título homónimo del nombre del grupo.

En escena, la fórmula es predecible: corpse paints para los miembros acompañantes y estética kawaii para las tres pequeñas front girls, quienes acompañan sus infantiles voces con estudiadas e interminables coreografías que llenan cualquier escenario, por grande que sea.

En lo que a la experiencia musical se refiere, supongo que dependerá de la persona que los escuche, pero por lo que a mí respecta, he de reconocer que me he sorprendido en más de una ocasión tatareando mentalmente varios de sus estribillos. Debo decir además, yo que no soporto el power metal, que Baby Metal es bastante más audible y soportable que muchos de los grupos de este estilo, aunque yo no me prodigo mucho por esos lares; y puestos a decir cosas, que son mucho más audibles y menos repelentes que la mayoría de grupos de metal épico-gótico con chica al frente, aunque yo tampoco me prodigue mucho por esos lares; y continuando con mi personal plática, diré que, si consigues superar la sensación de estar ante la banda sonora de la típica serie japonesa de dibujos animados estilo power rangers, puede que cojas cariño a estas tres mocosas y acabe, incluso,  gustándote su propuesta. Esencia oriental.

Evidentemente, nos encontramos ante un producto netamente nipón, impensable en otras latitudes, pero que ya ha traspasado las fronteras del país asiático. No sería extraño que saliesen clones que intentasen repetir la fórmula fuera del país oriental. A buen seguro que tendrán réplica.

De momento, y dado que aquí es sólo para oídos curiosos, Youtube puede ser la vía de inicio ideal (te recomiendo el video del Sonisphere 2014, editado con varias grabaciones amateur, ya lo he dicho antes: impagable) pero cuidado… a la vista del evidente disfrute de sus audiencias occidentales, sin duda bien adultas, parece que pueden ser adictivas también fuera de Japón. Algo tendrán.

¡Gloria máxima al Fox God!

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