Sin llegar siquiera al año desde la publicación de su debut “Wind City Haze”, The Kleejoss Band ha lanzado recientemente una nueva colección de canciones. Bajo el título genérico de “Villa Modesta”, es este un nuevo paso adelante para una banda que demuestra así que ha llegado para quedarse y cuya propuesta, con poca compañía el marco nacional con la que compararse aunque sin ser tampoco la única en su estilo, sí que es sin embargo de las más sólidas que podemos encontrar dentro de nuestras fronteras en estos momentos.
Este nuevo trabajo, casi con toda seguridad, se ha visto beneficiado por el hecho de que The Kleejoss Band es ya una verdadera banda, y no simplemente el proyecto al alimón de dos únicos individuos, que es como empezó a rodar.
Aquí las canciones no gozan tal vez del grado de inmediatez que sí tenían en su predecesor, pero en cambio se benefician de una mayor profundidad. La profusión de medios tiempos y ritmos más templados -en general, lo que no quiere decir tampoco que hayan desaparecido los riffs más rockeros- convierte a “Villa Modesta” en un disco de digestión más larga que su debut, pero para nada pesada: estamos ante uno de esos álbumes que necesitan de varias escuchas para que el oyente descubra todos su recovecos y sus matices, pero en cuanto las canciones se instalan en tu cerebro… en ese momento estás perdido, amigo. Porque es imposible no rendirse ante la rotundidad de canciones como “Villa Modesta”, “Everything Runs”, “The Ballad of the Working Class Man” o “No Glam in Rock & Roll”, o no impresionarse con la dolorosa belleza de “Drops in the Sea”.
En cualquier caso creo que, una vez disipado el factor sorpresa que envolvió su magnífico debut, no era una posición sencilla para la banda volver con un sucesor que estuviese a la altura. Tal vez eso también afecte a la primera impresión sobre el disco. Pero no porque no mantengan el nivel, sino porque ya sabíamos qué podíamos esperar de ellos y cualquier cosa nos iba a saber a poco. ¡Ah, el público! Ese ente ingrato que siempre espera el más difícil todavía…
Sin embargo, y a pesar de que personalmente haya algún que otro tema que no me acaba de encajar hacia la segunda mitad del álbum, podemos decir que The Kleejoss Band han logrado consolidar un sonido que, sin sonar repetitivo, ya resulta bastante identificable y que nuevamente alcanza altas cotas. Puede que el espíritu de este segundo álbum, como ellos mismos nos cuentan, sea modesto, pero no así sus resultados, desde luego.