“Me gusta variar con la música, absorbo mucho de ella”
Tras cuatro años apartado del mundo de la música, el argentino afincado en Barcelona Lucas Masciano regresó recientemente con “De París a Transilvania”, nuevo disco y documental sobre un viaje en furgoneta que el músico y algunos de sus compinches realizaron entre ambos lugares durante ocho días. Y todo parece girar en torno a esa cifra, porque “De París a Transilvania” es también su octavo disco y el 8 su número de la suerte. Hablamos con Lucas sobre todo ello y lo que sigue es el resultado.
– Bueno, antes de empezar con la entrevista en sí me gustaría que te presentases tú mismo a nuestros lectores…
– Hola a todos, me llamo Lucas Masciano, soy musico desde siempre, argentino de nacimiento y del mundo por elección. Vivo desde hace años, asentado en Barcelona aunque me paso recorriendo países buscando inspiración y experiencias para hacer canciones. Mi número de la suerte es el 8, mi color preferido va a épocas, mi banda favorita The Ramones, aunque no hago punk rock… Mi octavo y último disco se llama “De París a Transilvania”, lo grabamos en una furgoneta, recorriendo 8 países de Europa en ocho días, grabamos con músicos de cada país, en la furgoneta, en habitaciones de hotel y en la calle. Mi lema hoy día es una frase maravillosa que me dijo desde el corazón alguien que amo profundamente: Yo no quiero comerme el mundo, me conformo con que el mundo no se me coma a mí.
– Y entrando ya en materia, ¿de dónde surgió la idea de grabar un disco -y documental- como “De París a Transilvania”?
– Esta idea surge en la India, en Varanasi precisamente donde estábamos produciendo un disco con mi amigo Paco Zárate. Estuve en ese maravilloso país componiendo las canciones para este disco y más que eso, recuperando la inocencia y la alegría de niño grande que los últimos años el matrix de la vida mundana me había intentado de quitar. Recuperé la sonrisa, las canciones empezaron a salir y decidí volver a romper estructuras y grabar mi disco como lo compuse, en carretera con equipos básicos y con mucha energía viajera.
– ¿Necesitabas una experiencia así para volver a recobrar la ilusión por la música?
– Creo que para recuperar la ilusión en general, de todo, no solo de la música, fueron años muy intensos desde que llegué a España en 2002. Fue llegar y empezar a tocar en las calles de Barcelona por 8 meses y firmar el primer contrato discográfico que me hizo no parar por diez años. Giras, discos, contratos, radios, viajes y vivir como un loco a todos los niveles… En 2012 se me apagó la tele y no sabía ni cómo me llamaba. Me encontré conmigo, empecé a sentarme en bancos de los parques, a observar los árboles, a mirar a la gente, a desapegarme de toda estructura que me haga daño… Lo dejé todo, acabé con todo para reconstruirme… En india cerré gran parte de ese proceso, o mejor dicho cerré la introducción hacia un camino que recién empieza. Mi cabeza está en modo avión desde hace 2 años.
– ¿Fue complicado grabar las doce canciones en tan solo ocho días y en ocho países distintos?
– La estructura era la siguiente, las bases de guitarra y voz estaban grabadas y luego lo que recogíamos eran tracks de audio, por ejemplo, una flauta por aquí, un violín por allá. Luego esos tracks los llevamos a una masía donde montamos un estudio y grabamos con nuestra banda las bases completas, luego en postproducción incluimos los tracks en las bases con la banda. Paco Zárate se pegó un curro de la hostia… y los resultados están a la vista.
– ¿Y cómo convenciste a las personas involucradas en este proyecto -Paco Zárate, Yuri She, Federico Ruso y Tito Márquez-?
– Mi energía era muy libre, tenía muchas ganas de hacerlo y era creíble porque era de verdad, contagiaba ilusión y el proyecto era muy original y atractivo… Aparte cabe destacar que estos personajes no son gente normal… están bastante abiertos a cosas como estas y aun más descabelladas o al menos es lo que me han transmitido en aquel momento.
– En cada lugar contaste con músicos oriundos si no me equivoco. ¿Tenías ya pensado con quién ibas a colaborar o fue surgiendo sobre la marcha?
– La idea era esta, “De París a Transilvania”, 8 días 8 países, sin plan más que la ruta y las canciones del disco. Me atraía el salir sin saber quién iba a grabar en mi disco, nos hacia estar muy atentos a la energía de cada lugar y a la conexión con la gente.
– No me gusta mucho el adjetivo pero podemos decir que “De París a Transilvania” es un disco muy ecléctico. En él encontramos música norteamericana, música sudamericana, folk,… toda una mezcla de sonidos y culturas. ¿Te salieron así las canciones o tiene algo que ver en el resultado final que fuesen registradas en distintos lugares?
– Está bien lo que dices, yo siempre me caractericé por hacer discos muy variados a nivel de estilos, me gusta variar con la música, absorbo mucho de ella, aunque tengo un punto cancionero que es el que más me define. En este disco hay de todo y me lo permito… Se nota mucho la influencia de los sitios y la influencia que llevo yo conmigo allí donde voy. Se notan “las músicas” que me gustan, se nota que se puede hacer un disco sin etiquetas, que la música es una y universal por supuesto. El hilo conductor que lo une es el tema recurrente en este disco que es básicamente la aceptación, el crecimiento, el amor mal usado como disparador de emociones tóxicas, el amor incondicional como una premisa, el desapego y el valorar las cosas pequeñas y mas importantes, el empezar desde 0…
– Has comentado que este disco es como volver a tus orígenes, cuando tocabas en la calle. ¿Qué crees que ha aportado a tu música el hecho de haber tenido que tocar en la calle?
– Para mí la calle fue maravillosa, fue el año más increíble en mi vida… Me ha aportado mucho mi tiempo de músico en la calle, es un intensivo en vida y sobre todo en tablas, nadie puede acabar contigo en un escenario si te has hecho grande en las calles. Corres con ventaja, es la mili de los artistas.
– Ya has empezado a presentar el disco en directo, ¿qué tal está yendo?
– Esta gira está siendo maravillosa, estoy aprendiendo tanto de París a Transilvania… Me está enseñando a valorar tantas cosas, a disfrutar de conciertos donde en otro momento hubiera querido llorar, a tocar para mí y desde mí para la gente. A disfrutar desde que salimos en la furgo de Barcelona hasta que volvemos cansados a los tres días. Estamos viviendo poco a poco la proyección inicial que era componerlo viajando, grabarlo viajando y tocarlo viajando… Y por suerte no solo en España sino también otros países como lo estamos haciendo y tenemos previsto hacer. El proyecto va a fuego lento como si fuera el primer disco, pero la experiencia son 20 años en la carretera, desertar y volver a elegir la música como vehículo para transitar un camino que cada ves mas deja ver las pequeñas luces en la dirección correcta.
Próximas presentaciones en directo de Lucas Masciano:
27 de diciembre de 2014: Barcelona, Razz 3
16 de enero de 2015: Tenerife, El Búho
17 de enero de 2016: Las Palmas, sala por confirmar