El otro día Robe Iniesta ingresó en la oficialidad de la mano del Presidente de Extremadura: Antonio Monago, un hombre del PP. Vi el momento en algún canal de video que no recuerdo, y, para ser sinceros, aún no he hecho la digestión. Robe aguardó sentado hasta que pronunciaron su nombre, entonces confluyó con Monago en el centro del escenario, y procedió a decir unas palabras bastante correctas: renta básica, burbuja inmobiliaria, paz en el mundo y locales para los jóvenes.
Han pasado unos días y aún me perturba la situación. ¿Qué significa este gesto? ¿Avala Robe a la Presidencia de Extremadura? ¿Avalan la Presidencia de Extremadura y el PP los textos de Robe? Si mal no recuerdo, Robe ha sido el autor de unas letras hirientes para la comunidad extremeña, las centrales nucleares, la religión cristiana, el Estado español, la Policía y la Guardia Civil, además de llevar toda una vida haciendo una clara y constante apología de las drogas.
Esta jugada de Monago busca claramente meterse a un puñado de jóvenes y no tan jóvenes en el bolsillo, y Robe le ha hecho bien el juego. Como él mismo suele cantar: “siempre hay gente que no se entera de nada”.
Por otro lado, el viejo Robe recuerda al personaje de Siddharta de Hesse, cuando se encontraba en pleno Samsara, viciado por el dinero, el juego y el alcohol. Un tipo que jugó a ser una especie de mesías de los yonquis con Jesucristo García, que puso al descubierto las vergüenzas de su tierra con Extremaydura (¿ha cambiado algo?) y fue declarado persona non grata en Plasencia. Para algunos, estuvo a punto de convertirse en el Jim Morrison español, por su carácter provocativo y la lírica de sus textos: él también se sacó la polla en el escenario, aunque nunca llegó a la misma altura intelectual. ¿Alguien imagina a Morrison yendo a que un político le cuelgue una medalla o quejándose con rabia de los ladrones que piratean sus obras?
Porque ese ha sido otro pecado de Robe. El que antes apoyaba abiertamente la piratería y parodiaba a la Guardia Civil, ha acabado viendo como ésta lo homenajeaba en un dispositivo (Operación Agila) y pronunciando duras críticas contra los seguidores que lo pirateaban, a los que llamó ladrones. Y la palabra ladrón suena muy fea, en la boca de un hombre rico.
En estos tiempos en los que drogarse ya no es un acto contracultural y un hombre del PP cuelga sin ruborizarse la medalla a Robe, el mítico artista ha decidido ingresar en la oficialidad. El poder siempre coquetea con los rebeldes y cada cuál decide libremente: Jagger también recibió una medalla, Richards se mofó de él. Dice Robe que no encontró motivos para no ir a recogerla, Santiago Sierra no tuvo dificultades en encontralos para rechazar el Premio Nacional de Artes Plásticas. Éste fue su comunicado:
Madrid, Brumaire 2010
Estimada señora González-Sinde,
Agradezco mucho a los profesionales del arte que me recordasen y evaluasen en el modo en que lo han hecho. No obstante, y según mi opinión, los premios se conceden a quien ha realizado un servicio, como por ejemplo a un empleado del mes.
Es mi deseo manifestar en este momento que el arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio.
Este premio instrumentaliza en beneficio del estado el prestigio del premiado. Un estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar qué partido ocupe el puesto. Un estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal. Un estado que dona alegremente el dinero común a la banca. Un estado empeñado en el desmontaje del estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local.
El estado no somos todos. El estado son ustedes y sus amigos. Por lo tanto, no me cuenten entre ellos, pues yo soy un artista serio. No señores, No, Global Tour.
¡Salud y libertad!
Santiago Sierra