Empiezan ya a ser incontables las nuevas bandas interesantes que nos llegan en los últimos tiempos de la mano de la promotora europea Teenage Head Music. En esta ocasión se trata de SweetKiss Momma, banda que inopinadamente nos llega desde el estado de Washington, zona más conocida por otro tipo de sonidos. Porque lo que practica este cuarteto, apoyado en la grabación por un teclista y una vocalista, es una buena muestra de rock tradicional de inspiración sureña. No en vano su debut del año 2010 llevaba por título “Revival Rock”.
Para este “A Reckoning Is Coming”, su segundo lanzamiento, la banda acudió a Nashville de la mano del productor Ken Coomer (miembro fundador de Wilco). Fue Coomer el que se puso en contacto con el grupo tras ver cómo se hacían con la victoria en un concurso. El álbum fue registrado en el Creative Workshop Studio, lugar legendario que ha visto sesiones a cargo de Elvis Presley, Merle Haggard o Leon Russell entre otros. Solo faltaba en la ecuación la participación del renombrado Richard Dodd en la masterización, que ha trabajado con nombres como Tom Petty, Johnny Cash o John Lennon.
“A Reckoning Is Coming” es un disco breve, de esos que cuando acaba la reproducción incitan a volver a apretar el botón de “play”. Compuesto por diez temas, de los cuales el último es una versión acústica de otra de las canciones incluidas en el disco, “Breathe Rebel”, la duración total alcanza los 35 minutos. Media hora larga, sí, pero qué media hora. “Fix My Hair”, el tema de apertura, es una canción marcada por una slide que nos transporta a algún polvoriento rincón de la geografía norteamericana. “A Reckoning Is Coming” es un tema de puro rock con base bluesera, mientras que el citado “Breathe Rebel” nos vuelve a transportar al sur profundo. La banda baja la intensidad decibélica -que no emocional- con “Same Old Stories”, para volver a aumentarla con el vacilón “Get Some Love”, toda una declaración de principios y mi tema preferido del disco en estos momentos. “For the Last Time” es un tema con ciertas reminiscencias a Allman Brothers, al que sigue el breve instrumental de corte acústico “Laura Rose”, que prepara a su vez el terreno para “Dirty Uncle Deezer”, el tema más largo del disco cuya disonante recta final sorprende al oyente, y la breve y playera “Birthday Cake”, quizás la única canción prescindible del álbum.
En definitiva, hablamos de un no excelente pero sí buen disco al que se le intuye un enorme potencial en su traslación al directo, algo que podremos comprobar a comienzos del próximo año.