Los australianos The Widowbirds volvían por segunda vez a Zaragoza la noche de este pasado miércoles, con la intención de resarcir al público de La Ley Seca por el reducido concierto que ofrecieron en su primera visita a la misma sala en enerop del pasado 2013 (por problemas vocales de su cantante Simon Meli).
Ante un público aceptablemente numeroso para mitad de semana aunque, todo hay que decirlo, bastante pasivo la mayor parte del concierto, esta vez sí el cuarteto pudo completar un concierto en el que fueron de menos a más, pero donde demostraron que son una banda a tener en cuenta.
Con un comienzo dubitativo y en el que el sonido pecaba de cierta falta de garra, lo que más llama la atención de los actuales Widowbirds es que han abandonado para el directo esa faceta acústica que era seña de identidad en su debut “Shenandoah”; al igual que en su segunda obra de estudio -el notable “Heart’s Needle”- prácticamente no queda rastro de la guitarra acústica, Meli no recurre a ella en ningún momento del concierto, ni siquiera para los escasos temas de su debut que llegaron a sonar como el inicial y endurecido “Dust and Stone” en el que intercalaron partes del “I Put a Spell on You” de Screamin’ Jay Hawkins vía Creedence Clearwater Revival y el “How Many More Times” zeppeliniano. No fueron las únicas covers que sonaron durante la noche, porque durante el set suenan entre otras “Hard to Handle”, “Going Down”, el tema popularizado por el Jeff Beck Group y otra vez Zeppelin con “Ramble On”, algunos de los cuales ya interpretó Meli en su paso por el “The Voice” australiano y cuya inclusión probablemente responda a este motivo.
El vocalista sin embargo se las vio y se las deseó para arrancar cierta respuesta al público, e incluso al final se vio obligado a arengar él mismo al público para que solicitaran un bis.
Al final cerca de hora y media de concierto y cierto sabor agridulce porque realmente merecían una acogida un poco más calurosa.