Casi cerrando su gira española, el pasado jueves los australianos The Volcanics aterrizaban en Zaragoza para ofrecer algo más de una hora de puro y enérgico aussie rock. No es casualidad que su último lanzamiento, el fantástico “Get A Move On”, haya sido producido por todo un Rob Younger, pues los ecos de Radio Birdman o The Scientists por ejemplo son reconocibles en casi cada surco del disco.
A pesar de ello, el público zaragozano volvió a dar muestras de su proverbial pereza y tan solo unas veinticinco personas nos acercamos al Explosivo! Club un jueves por la noche (¿dónde ha quedado aquello de los juergues?). Craso error, ya que el cuarteto de Perth dio una verdadera lección de lo que es un concierto de rock potente y sin fisuras. La banda se subió al escenario con bastante retraso, probablemente para dar tiempo a que se fuese llenando algo más la sala. Pero que el público fuera escaso no arredró a The Volcanics, a pesar de que su frontman Johnny Phatouros parecía un poco desorientado y se mantuvo bastante estático en los primeros momentos. Aún así los cuatro músicos dieron sobradas muestras de que con una única guitarra se puede sonar enormemente compacto y sólido. Incluso en un tema como “Get A Move On”, en el que tal vez se pudieran echar algo más en falta los arreglos para una segunda guitarra, The Volcanics supieron adaptarse dándole un punto quizás un poco más neilyoungiano a la canción que en su versión de estudio.
Con un catálogo no demasiado extenso, junto a los temas propios la banda debe recurrir a clásicos como The Stooges (por partida doble con “Loose” a las primeras de cambio y ya más adelante “Down on the Street”), sus compatriotas y referencia directa Radio Birdman (“Murder City Nights”), Little Richard (“Long Tall Sally” con el guitarrista a la voces -también cantó la propia “Get Sold”-), Rolling Stones (con una rabiosa versión de “Bitch”) o esa leyenda australiana relativamente desconocida por estos lares como son los Easybeats (“I’ll Make You Happy”). Algunos de estos fueron sin duda los temas más celebrados por un público que no parecía haber hecho sus deberes en cuanto a la discografía volcánica, aunque es de justicia decir que los temas propios aguantaban perfectamente entre semejante listado de mitos. Porque The Volcanics puede que tengan todavía un repertorio limitado, pero desde luego atesoran calidad y saben cómo explotar el feedback y la distorsión junto con la punzante y precisa sección rítmica.
Si las cosas funcionaran como debieran y después de lo visto, creo firmemente que The Volcanics podrían convertirse en una de las grandes referencias del underground rockero en los próximos años. Yo al menos apuesto por ellos después de presenciar uno de los mejores conciertos que he visto últimamente (aunque con “Get a Move On” ya me tenían conquistado).