Podría comenzar quejándome de lo poco que suele responder el público en algunas ocasiones que bien merecen un lleno rotundo; podría continuar diciendo que allá los que no estuvieron, porque ellos tendrán que arrepentirse más adelante. Pero he llegado a la conclusión de que ni una cosa ni la otra sirven de nada y de que, por mucho que alguien como Jennings esté conectado con el abecé del Rock por varios motivos, en este mundillo cada vez hay más postureo pero poca afición real. Probablemente esta vaya a ser la primera y última ocasión que tendremos de ver a Shooter Jennings en Zaragoza y desconozco cómo estará funcionando la gira en otros lugares, pero me temo que en la siguiente ocasión me tocará viajar o cruzar los dedos para que confirme en algún festival.
Y eso que las primeras noticias llegadas desde Barcelona auguraban una gran noche. El hijo de Waylon, a quien por cierto homenajearía durante el concierto, se subía el primero al escenario de La Casa del Loco encabezando a la banda, formada por un guitarrista sobrio en las formas pero con una técnica y un feeling inmensos, un bajista muy efectivo y un potentísimo y jovencísimo batería que parecía no haber pasado completamente la adolescencia todavía. Eran casi las 22:30 de la noche cuando, previa presentación de los músicos, Shooter daba comienzo a un concierto que se alargaría durante hora y media. Preside el escenario un teclado que, sin embargo, Jennings no utilizaría hasta los bises; alterna guitarra acústica con eléctrica, momento en el que uno se da cuenta de que se puede tocar country a un volumen ensordecedor. La banda, impecable, y Shooter perfecto en las voces aunque tal vez poco comunicativo con un público al que le costó entrar en el concierto, y eso a pesar del equilibrado repertorio en el que tal vez se echó de menos alguna canción y de más alguna otra, pero que como mínimo merece el notable alto. Y eso a pesar de la loca de la primera fila que nadie entendió cuando increpó durante algunos minutos a todos y cada uno de los músicos sobre el escenario.